En este estudio, Moore y sus colaboradores se concentraron en la actividad física del tiempo libre realizada fuera del trabajo o de las tareas del hogar. “Se trata de actividad física voluntaria generalmente realizada para mejorar la salud”, aclaró.
Alrededor de la mitad de los adultos estadounidenses no cumplen con la recomendación federal mínima de ejercicio, dijeron los autores del estudio en la información de respaldo.
Investigaciones anteriores han vinculado el ejercicio con un riesgo más bajo de cáncer de mama y de colon, pero ningún estudio había intentado observar el efecto de la actividad física sobre varios tipos distintos de cáncer, señaló Moore.
Los investigadores reunieron datos de 12 estudios de EE. UU. y europeos para crear una base de datos de 1.4 millones de adultos de 19 a 98 años de edad. Entonces, examinaron si la actividad física reportada por los propios participantes planteaba una diferencia en el riesgo de 26 tipos de cáncer.
El ejercicio se asoció con un riesgo más bajo de la mitad de los tipos de cáncer incluidos por los investigadores, y esa reducción siguió siendo significativa en casi todos, incluso tras tomar en cuenta factores de riesgo como la obesidad y los antecedentes de tabaquismo.
En general, un nivel más alto de actividad física se asoció con un riesgo un 7 por ciento más bajo de cáncer en total, reportaron los investigadores.
El rango de reducción del riesgo varió desde un 42 por ciento para el cáncer de esófago hasta un 10 por ciento para el cáncer de mama, dijeron los autores del estudio. En cuanto al cáncer de colon y el de pulmón, el riesgo se redujo en un 16 y en un 26 por ciento, respectivamente, sugirieron los hallazgos.
“Esto sugiere que la actividad física podría tener un rol en los esfuerzos poblacionales de prevención del cáncer”, dijo Moore.
Los hallazgos aparecen en la edición en línea del 16 de mayo de la revista JAMA Internal Medicine.
Artículo por HealthDay, traducido por HolaDoctor.com
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