En los últimos años, en Estados Unidos abundan las personas sedentarias, reporta un estudio reciente.
El tiempo que las personas pasan sentadas en realidad aumentó después de la publicación inicial de las Directrices de Actividad Física para los Estadounidenses del gobierno federal en 2008, encontraron los investigadores.
“En los últimos 10 años, no hubo un cambio significativo en los niveles de actividad física, pero hubo un aumento significativo en el tiempo que las personas pasan sentadas”, señaló el investigador sénior, el Dr. Wei Bao, profesor asistente de epidemiología de la Universidad de Iowa, en Iowa City.
Como resultado, la proporción de personas que no hacían suficiente ejercicio aeróbico y que también pasaban más de 6 horas al día sentadas aumentó de un 16 a casi un 19 por ciento entre 2007 y 2016, según el estudio, publicado en la edición en línea del 26 de julio de la revista JAMA Network Open.
Un estilo de vida inactivo se ha vinculado con muchas enfermedades crónicas.
Pasar demasiado tiempo sentado aumenta el riesgo de obesidad, enfermedad cardiaca, hipertensión, accidente cerebrovascular, colesterol alto, diabetes tipo 2, osteoporosis, depresión, ansiedad e incluso ciertos tipos de cáncer, según el Departamento de Salud y Servicios Humanos de EE. UU.
Debido a esto, las autoridades federales de salud publicaron las directrices de actividad, que recomiendan que los adultos hagan al menos 150 minutos por semana de ejercicio de intensidad moderada o 75 minutos por semana de ejercicio de intensidad vigorosa.
La actividad de intensidad moderada puede incluir cortar el césped, jugar tenis, pasear pausadamente en bicicleta, caminar a paso vivo, o hacer tareas arduas del hogar, como pasar la aspiradora, fregar el suelo o limpiar las ventanas.
El ejercicio vigoroso incluye trotar, andar rápido en bicicleta, jugar básquetbol o fútbol, retirar tierra con una pala o llevar cargas pesadas.
Para ver cuántos estadounidenses cumplían esas recomendaciones, el equipo de Bao revisó datos de una serie de estudios federales que monitorizan las tendencias de salud entre los adultos y los niños de EE. UU.
Los investigadores encontraron que el tiempo que las personas pasaban sentadas pasó de 5.7 horas al día en 2007-2008 a 6.4 horas al día en 2015-2016.
El aumento en la conducta sedentaria se observó en casi todos los subgrupos importantes de la población de EE. UU., dijeron los autores del estudio.
Al mismo tiempo, no hubo ningún cambio real en la actividad física de los estadounidenses. Alrededor de un 65 por ciento de las personas cumplían las directrices de la actividad aeróbica en 2015-2016, frente a un 63 por ciento en 2007-2008, encontró el estudio.
La vida estadounidense está diseñada para ser cómoda, de forma que es natural que las personas se acomoden y relajen en lugar de ponerse de pie y activarse, advirtió Bao.
“Esto es un fenómeno natural de una sociedad de la comodidad, de una sociedad moderna como Estados Unidos”, planteó. “Creo que sentarse es un deseo natural de los humanos. Cuando las personas están cansadas en el trabajo y se van a casa, lo primero es sentarse en el sofá y ver tele dos horas”.
Las demandas físicas de los trabajos estadounidenses también han disminuido, apuntó Donna Arnett, decana del Colegio de Salud Pública de la Universidad de Kentucky, en Lexington.
“Si se observa la actividad física desde el gasto energético ocupacional, se ha reducido de forma dramática en las últimas tres o cuatro décadas”, dijo. “Nuestros trabajos se automatizan más. Hay mucha menos actividad física en el trabajo”.
La proliferación de las pantallas en el trabajo y en casa no ha ayudado, añadió.
“Es probable que la automatización de nuestras vidas, en casa y en el trabajo, también esté relacionada con el aumento en el tiempo de uso de pantallas. Las personas pasan más tiempo viendo sus teléfonos y trabajando en las computadoras, incluso después de salir de trabajar”, comentó Arnett.
¿Por qué las Directrices de Actividad Física no han resultado más inspiradoras?
Quizá las personas simplemente no las conozcan.
Apenas alrededor de uno de cada tres estadounidenses dijo que era consciente de las directrices en una encuesta de 2009, y menos de un 1 por ciento podía decir qué recomiendan las directrices, apuntaron los investigadores en las notas de respaldo.
Bao sugirió que “debe haber un mayor esfuerzo por comunicar esta información y para que las personas luchen para no estar sentadas”.
La tecnología inteligente también podría ayudar, dijo Arnett. Los dispositivos como los Fitbits y los relojes de Apple se pueden programar para que recuerden a los usuarios que se pongan de pie y se muevan de manera regular.
Una comunicación astuta también podría ser clave. Arnett dijo que alguien le contó que mientras veía un episodio tras otro en Netflix, apareció un anuncio de la Asociación Americana del Corazón (American Heart Association) que recomendaba al televidente que hiciera una pausa, se pusiera de pie y se moviera.
Más información
Los Institutos Nacionales de la Salud de EE. UU. tienen más información sobre los riesgos que la inactividad conlleva para la salud.