El tratamiento con un antihipertensivo puede mejorar el flujo sanguíneo en un región clave del cerebro en las personas con enfermedad de Alzheimer, encontró un ensayo clínico de tamaño reducido.
Los investigadores enfatizaron que no saben si el hallazgo sobre el cerebro se puede traducir en algún beneficio para los pacientes. Pero estudios futuros deben explorar esa posibilidad, dijeron.
Los hallazgos, que se publicaron el 17 de junio en la revista Hypertension, provienen de un ensayo con 44 pacientes con un Alzheimer entre leve y moderado. Se asignaron al azar a tomar el antihipertensivo nilvadipina o pastillas de un placebo inactivo durante seis meses.
Al final, los pacientes que tomaron el fármaco mostraron un aumento del 20 por ciento en el flujo sanguíneo al hipocampo, una estructura cerebral implicada en la memoria y el aprendizaje que es una de las primeras áreas que el Alzheimer daña.
Los expertos señalaron que el estudio fue demasiado pequeño y a demasiado corto plazo como para saber si la mejora en el flujo sanguíneo tendría algún efecto en los síntomas.
Pero investigaciones futuras deberían intentar dar respuesta a esa pregunta, y se deberían enfocar en las personas con Alzheimer en etapa temprana, comentó el Dr. Jurgen Claassen, autor principal del estudio.
La investigación forma parte de un ensayo de mayor tamaño que observaba si la nilvadipina pudiera mejorar la memoria y las habilidades de pensamiento de los pacientes con Alzheimer. En general, no hubo evidencias de que el fármaco ayudara.
Pero Claassen explicó que los pacientes con Alzheimer en etapa temprana sí mostraron señales de un benefició.
“Un nuevo ensayo debería enfocarse en esos pacientes, y seguirlos más tiempo, al menos de dos a tres años”, apuntó Claassen, profesor asociado en el Centro Médico de la Universidad de Radboud, en los Países Bajos.
Los hallazgos amplían las evidencias sobre la conexión entre el corazón y el cerebro, según Rebecca Edelmayer, directora de implicación científica de la Asociación del Alzheimer (Alzheimer’s Association).
La investigación ha mostrado que algunos de los mismos factores de riesgo de la enfermedad cardiaca (como la hipertensión, la diabetes y la obesidad) también son factores de riesgo de la demencia. El año pasado, anotó Edelmayer, un importante ensayo encontró que un control estricto de la hipertensión reduce el riesgo de los adultos mayores de desarrollar deterioro cognitivo leve, un precursor de la demencia.
Pero se sabe poco sobre los efectos del control de la presión arterial en las personas que ya tienen Alzheimer. Y por eso se debe dar seguimiento a los nuevos hallazgos, planteó Edelmayer.
“No sabemos si [el control de la presión arterial] pudiera ser una mejor medida preventiva, o si también podría tener un rol en el tratamiento”, comentó.
¿Por qué la presión arterial sería importante en el Alzheimer? Según Claassen, si la hipertensión daña a los vasos sanguíneos que llevan sangre al cerebro, esto podría aumentar la disfunción en las células del órgano.
Las células cerebrales necesitan una gran cantidad de oxígeno y azúcar para funcionar bien, explicó Claassen. Más o menos de un 15 a un 20 por ciento del flujo sanguíneo del cuerpo va al cerebro, anotó.
En teoría, dijo Claassen, una mejor circulación en el hipocampo podría permitir que sus células funcionen mejor, incluso en las personas con Alzheimer. Pero este ensayo no lo prueba.
El estudio, financiado por el gobierno y por subvenciones de fundaciones, incluyó a 44 pacientes con Alzheimer que tenían, en promedio, unos 73 años. La mitad se asignó al azar a tomar nilvadipina durante seis meses, mientras que la otra mitad recibió pastillas de placebo.
No resultó sorprendente que los pacientes que tomaron el medicamento real experimentaran una reducción de alrededor de 11 puntos en su presión arterial, en comparación con el grupo del placebo.
Por otra parte, unas IRM especializadas mostraron que el flujo sanguíneo en el hipocampo aumentó en un 20 por ciento, en promedio, en el grupo de la nilvadipina. Permaneció estable en otras áreas del cerebro.
Claassen dijo que, por ahora, los hallazgos sugieren que tratar la hipertensión en los pacientes con Alzheimer no solo es seguro, sino que incluso podría aumentar el suministro de sangre en el cerebro.
¿Pero es esto un efecto del medicamento o de un mejor control de la presión arterial en general? No está claro a partir de este ensayo, apuntó Claassen.
“Personalmente, creo que se trata de la reducción en la presión arterial en sí. Eso significaría que reducir la presión arterial de cualquier forma (incluyendo la dieta y el ejercicio) podría tener este efecto”, añadió.
Para Edelmayer, el mensaje principal es que las personas “tienen herramientas disponibles hoy en día” para ayudar a conservar la salud de su cerebro.
“La salud del corazón también es muy importante para proteger al cerebro”, enfatizó.
Más información
La Asociación del Alzheimer ofrece consejos para mantener el cerebro sano.