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Mujer Con Tos Crónica Se Diagnostica A Sí Misma Con Cáncer

Daphne Faitala-Rodriguez creció en la pequeña isla de Aunu’u y desde que tenía apenas 10 años, recuerda a su madre Meleke tosiendo siempre. Tener tos que no desaparece podría ser un síntoma de algo tan grave como el cáncer, pero como está asociado con el resfriado común o alergias, a menudo es mal diagnosticado.

Cuando creció y se convirtió en adulta, se empezó a plantear que eso podría ser algo más que una simple tos y decidió llevar a su madre a los EE.UU. con la esperanza de que un médico estadounidense pudiese ayudarla. Cuando Daphne cumplió 18 años se unió al Cuerpo de Marines y decidió que era hora de que su madre tuviese una segunda opinión médica.

Meleke llegó a Estados Unidos en 2007 y vio a un especialista que desafortunadamente le dio el mismo diagnóstico que en casa, que tenía alergias, por lo que la envió a casa con medicamentos para la alergia. De 2007 a 2014 continuó visitando a su doctor porque su medicina para la alergia no funcionaba, claramente no era alergias. Cada vez que visitaba a su médico le daba un diagnóstico diferente: alergias, sinusitis, bronquitis…

“No fue hasta 2014 que ella le dijo al doctor, ‘Creo que tengo cáncer'”, explica Daphne Faitala-Rodríguez. El médico le dijo a su madre que él no creía que tuviera cáncer y que cualquier exploración y exámenes serían completamente innecesarios porque, según su opinión profesional, no creía que tuviera una enfermedad tan grave. Cada exploración costaba 10,000 dólares, eran muy costosas.

¿Cómo llegó a Meleke la conclusión de que tenía cáncer? “Siempre era lo mismo una y otra vez, no mejoraba y ella sabía que el cáncer no tenía cura. Su hermano había tenido cáncer de estómago el año anterior, siempre se quejaba del dolor de estómago y el diagnostico nunca era el acertado”, explica Daphne. Después de insistir durante unos seis meses, su médico finalmente la envió a hacerse un escáner y el autodiagnóstico de Meleke aunque no era profesional era correcto: tenía cáncer de pulmón en la etapa 4.

“Cuando enviaron los resultados de la exploración vieron que el cáncer se había originado en sus pulmones, pero la exploración reveló que se había expandido por todo su cuerpo, excepto su cerebro”, explica. “Fue impactante para nosotros no sólo que su médico pensara que era innecesario hacer el escáner, sino que, además, cuando se realizó el examen, se reveló que el cáncer se había propagado por todas las partes y nadie lo había visto antes”. El cáncer se había extendido por todo su cuerpo y la gigantesca masa en sus pulmones era del tamaño de una pelota de softbol.

“Yo estaba enojada y recuerdo haber pensado en cómo los médicos que estudian durante tantos años… ¿cómo pueden no encontrarlo cuando se había extendido por todo el cuerpo?”, explica Daphne. El médico le explicó que debía haber tenido cáncer durante años. “Me molestó que el sistema no funcionara para mi mamá y que ella tuviese que ser la que hizo presión durante seis meses para que le hicieran las pruebas, lo que fue aún peor porque estos 6 meses podría haber marcado una diferencia, el cáncer se difunde muy rápidamente”.

Después del diagnóstico de cáncer de pulmón en la etapa 4, a la madre de Daphne se le administró quimioterapia oral en forma de una píldora que costó aproximadamente 14,000 dólares por 30 píldoras. Afortunadamente, tenía el seguro de su marido, ya que él era un veterano de la guerra de Vietnam y al ser su esposa estaba cubierta por la Administración de Veteranos. La quimioterapia oral dejó de funcionar después de un año aproximadamente y luego comenzó con la radiación, una forma más agresiva de quimioterapia, y desde entonces, la salud de su madre se deterioró.

“Nos dijeron que una vez que el cáncer llegara a su cerebro no había nada que pudieran hacer. Los últimos cuatro días de su vida observé cómo su vida cambió de minuto a minuto, porque en cuestión de minutos olvidó quién era yo”, recuerda Daphne. Su madre, por desgracia, murió en febrero de 2016 a la edad de 57 años.

Después de que su madre falleciera, Daphne decidió que necesitaba hacer algo porque, antes del diagnóstico de su madre, nunca había oído hablar mucho del cáncer de pulmón. Se unió a una marcha por el cáncer, se involucró con Lung Force y compartió su historia. Incluso fue a Washington DC como defensora de la prevención del cáncer de pulmón, pidiendo a los senadores y la Cámara de Representantes que aumentaran los fondos para la investigación del cáncer de pulmón.

Desde entonces, se ha involucrado más en ayudar a aumentar la conciencia sobre el cáncer de pulmón porque no quiere que le suceda a nadie lo que le sucedió a su madre. Antes del diagnóstico de su madre, ella no sabía que si tienes pulmones puedes tener cáncer de pulmón, cualquiera está en riesgo y, de hecho, es el cáncer número uno en Estados Unidos. “Puedes comer sano toda tu vida, puedes entrenar, puedes pensar que el no fumar te va a salvar del cáncer de pulmón, pero no lo hará”, dice. “No sabía nada sobre el cáncer de pulmón, nunca sabía que, si alguien tiene dolor de espalda o una tos crónica, puede tener cáncer de pulmón”.

Por eso es tan importante para Daphne compartir su historia porque es algo que ocurre todos los días. Consulte Lung Force para obtener más información sobre el cáncer de pulmón, su riesgo, síntomas, opciones de tratamiento y cómo involucrarse con la Asociación Americana del Pulmón.

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