El parto del primero hijo de Kacie y Alejandro Torres fue duro, y esperaban entusiasmados uno más fácil con su segundo hijo, otra niña.
Pero cuando vio a Emma, la madre de veinte y cuatro años supo que algo andaba mal. El personal médico gritaba que la recién nacida necesitaba compresiones en el pecho.
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“Empecé a descontrolarme”, dijo Kacie, quien dejo de trabajar para dedicarse a sus tres hijos en Corona, California.
Los estudios mostraron que Emma tenía un defecto en el corazón. El personal inmediatamente trasladó a la niña al Children’s Hospital Los Angeles, a una hora de distancia, para que le hicieran una operación de corazón abierto.
Emma pasó aproximadamente una semana después de la cirugía conectada a una máquina que le ayudaba a respirar y bombear la sangre por su cuerpo.
Su relato de resiliencia es notable porque ella estaba “tan al borde de la muerte como se puede estar”, dijo John-Charles A. Loo, M.D., el cardiólogo pediatra de Emma en Kaiser Permanente.
Hoy, la bebita que los médicos no esperaban que sobreviviera es una niña de cuatro años saludable y platicadora.
“Es la payasa de los hermanos”, dijo Kacie.
A Emma le gusta juguetear con su hermana Gabby, de seis años, y su hermano Eli, de un año. Disfruta bailar, cantar y disfrazarse de sus personajes favoritos de Disney.
“Hace todo lo que debe hacer una niña de su edad”, dijo Alejandro, de treinta y tres años de edad y maestro de matemática de escuela secundaria .
La familia apodó la cicatriz que tiene en el pecho: la cicatriz zíper.
En una entrevista por Skype desde su casa, Emma chillaba de risa al pasar las páginas de un álbum de fotos que le tomaron durante s;;us primeros días de vida.
“¿Qué es eso en mi cabeza?” le preguntó a su mamá.
Kacie y Alejandro no estaban seguros que Emma podría superar la operación y admiten que al principio, no quisieron apegarse mucho a la niña. Por varias semanas, no pudieron ni cargarla.
“Esos fueron unos momentos muy difíciles”, recordó Kacie.
La experiencia le enseñó a Alejandro a no preocuparse por lo que no podía controlar y a aceptar que él no podía ser el papá y esposo “quien compone todo”.
En una situación como esa, dijo, “lo más que puede hacer uno es apoyar a su familia”.
La hermana mayor de Kacie, Kendall Eliason, siente un cariño especial por su sobrina, a quien apodó “Bebé Milagro”.”
“Es muy parecida a Kacie, llena de espíritu y un poco loca”, dijo Eliason. “Está siempre tan contenta, y es algo fabuloso verla desarrollar y convertirse en la niña que es”.
Alejandro documentó los primeros días de la vida de Emma y el mensaje que nos deja su vídeo lo dice todo: la aventura que es la vida de Emma continúa.
Artículo por American Heart Association News