El ejercicio y una buena nutrición pueden resultar difíciles de obtener en las escuelas de EE. UU. a las que asisten sobre todo estudiantes hispanos, según un informe reciente.
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Eso aumenta el riesgo de obesidad de los niños, advierten unos investigadores.
“Los ambientes escolares sanos son esenciales para el desarrollo adecuado de los niños latinos, dado el creciente porcentaje de estudiantes latinos inscritos en las escuelas públicas y sus altas tasas de obesidad”, señaló Amelie Ramírez, del Instituto de Investigación sobre el Fomento de la Salud del Centro de Ciencias de la Salud de la Universidad de Texas, en San Antonio.
Para el estudio, Ramírez y sus colaboradores revisaron investigaciones publicadas desde 2008, y encontraron que las escuelas con una mayoría de estudiantes hispanos tienden a ofrecer menos programas o instalaciones para la actividad física que las escuelas donde los estudiantes blancos son la mayoría.
Además, los niños hispanos son menos propensos que otros niños a participar en deportes organizados o programas extraescolares, y son más propensos a ser inactivos, hallaron los investigadores.
También, en comparación con las escuelas en que la mayoría de estudiantes son blancos, las escuelas con mayorías hispanas tienden a tener unas normas más flojas respecto a los refrigerios y bebidas escolares, tienen menos probabilidades de implementar las directrices nacionales sobre la nutrición y más probabilidades de estar rodeadas de restaurantes de comida rápida y tiendas que venden refrigerios, halló el estudio.
Esto es importante porque mientras más cerca están las escuelas a los restaurantes de comida rápida, más altas son las tasas de sobrepeso y obesidad entre los estudiantes hispanos, según el informe.
Casi el 40 por ciento de los niños y adolescentes hispanos de 2 a 19 años de edad tienen sobrepeso o son obesos, frente al 28.5 por ciento de los niños y adolescentes blancos en ese grupo de edad, apuntaron los investigadores.
El informe sugirió que muchas políticas escolares pueden mejorar la nutrición y aumentar la actividad física de los estudiantes hispanos. Entre ellas se encuentran reducir el acceso a los refrigerios y bebidas malsanas, unos estándares nutricionales más estrictos para los refrigerios escolares, eliminar las bebidas azucaradas, ofrecer programas estructurados de actividad física durante y después de la escuela, y hacer que para los estudiantes sea más seguro ir a la escuela a pie y en bicicleta.
El porcentaje de estudiantes hispanos inscritos en las escuelas públicas de EE. UU. está en aumento, y se anticipa que alcance un estimado del 30 por ciento en 2023, según las notas de respaldo del informe.
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Artículo por HealthDay, traducido por HolaDoctor.com
© Derechos de autor 2016, HealthDay