Durante más de 25 años, la Comisión Latina sobre el SIDA (The Latino Commission On AIDS) ha estado creando conciencia sobre el SIDA/VIH y la hepatitis en la comunidad hispana y latina. La organización ha trabajado duro no sólo para educar a la comunidad sobre estas enfermedades, sino que para educar y también sensibilizar. Incluso consiguieron establecer el 15 de mayo como el Día Nacional de la Hepatitis Hispana, que ha ayudado a que muchos descubran que llevan esta enfermedad invisible.
La hepatitis es una enfermedad caracterizada por la inflamación del hígado. Tres de los tipos más comunes de la enfermedad son Hepatitis A, B y C. La hepatitis puede ser causada por una variedad de cosas, tales como drogas, el abuso de alcohol o ciertas condiciones médicas.
Las hepatitis A, B y C pueden presentar los siguientes síntomas: fatiga, náuseas, falta de apetito, dolor de estómago, fiebre e ictericia (color amarillento de la piel y los ojos). Muy a menudo las hepatitis B y C pueden ser crónicas y no causar síntomas durante muchos años, por lo que cuando el paciente busca tratamiento, el hígado puede ya estar demasiado dañado.
Hepatitis C
La Comisión Latina sobre el SIDA es parte de la Red de Salud Hispánica (Hispanic Health Network) y una de sus mayores preocupaciones es aquellas personas que no saben que tienen Hepatitis C viral. “Hay entre 3.5 y 5 millones de personas que viven con Hepatitis C En Estados Unidos”, explica Guillermo Chacón, presidente de la Comisión Latina sobre el SIDA. “Lo peor de la hepatitis C es que usted no sepa que la tiene o que ha estado expuesto al virus de la hepatitis C”, añade. Cuando esto sucede, la infección podría llegar a ser tan grave que puede desarrollar varias complicaciones graves, como una infección hepática crónica o, incluso peor, cáncer.
Grupos propensos a contraerlo
Uno de los grupos más propensos a contraer hepatitis C son los baby boomers o los nacidos entre 1945 y 1965. ¿Por qué? Durante ese período de tiempo, sucedieron muchas cosas, hubo guerras y personas que viajaban al extranjero recibiendo transfusiones de sangre durante un período de tiempo en el que la sangre donada en los bancos de sangre no se examinaba para detectar enfermedades virales. El otro grupo es cualquier persona que usa agujas o jeringas, ya sea para consumir drogas o incluso aquellos que usan agujas sucias para hacerse un tatuaje.
Hay una cura
A diferencia del VIH/SIDA, para la hepatitis hay una cura y hay varios tratamientos. “Tenemos que reeducar a las personas y decirles que no tenemos uno, sino varios tipos de tratamiento que pueden curar a los que han estado expuestos al virus de la hepatitis C”, explica Chacón. Al igual que el cáncer y otras enfermedades, cuanto antes se diagnostique el virus, más fácil es tratarlo.
“El hígado es uno de los órganos más importantes que tenemos y una de las funciones clave del hígado es limpiar nuestra sangre”, dice. Lo más impresionante del hígado es que es el único órgano que tiene la capacidad de regenerarse, incluso si se corta un pequeño pedazo. Cualquier otro órgano no tiene esa capacidad, pero a pesar de que puede hacer eso, tenemos que hacer todo lo posible para mantenerlo sano.
La Comisión organiza varios eventos de sensibilización a lo largo del año con el fin de hacer que las personas sean evaluadas y para ayudar a educar a la comunidad latina en inglés y español. Hay muchos que están viviendo con hepatitis C y cuanto antes se diagnostican cuanto antes buscan tratamiento. “Lo último que queremos es que alguien requiera un trasplante de hígado, es muy caro y no hay garantías de que vaya a salir bien porque las posibilidades de que su cuerpo rechace un órgano son altas”, dice Chacón.
Ellos recomiendan que cuando visite a su médico cada año, pida que se le haga la prueba de la hepatitis, especialmente si es de la generación del baby boom o ha estado usado agujas. Si está en Nueva York, puede incluso hacerse una prueba gratuita de VIH, así como una prueba de hepatitis, también disponible.