Los supervivientes al cáncer están en un mayor riesgo del tipo más grave de ataque cardiaco, y necesitan una atención minuciosa de su salud cardiaca, sugiere un nuevo estudio.
Los investigadores, de la Clínica Mayo en Rochester, Minnesota, revisaron datos de más de 2,300 pacientes que sufrieron este tipo de ataque cardiaco, llamado infarto de miocardio con elevación del segmento ST (IMEST). Uno de cada 10 tenía antecedentes de cáncer, encontraron los investigadores.
“Hemos visto el aumento de la supervivencia al cáncer en las últimas dos décadas y media, lo que es maravilloso. Pero ha llevado a nuevos problemas, como la gestión de las enfermedades y efectos secundarios posteriores a un nivel nunca antes visto”, señaló el autor principal del estudio, el Dr. Joerg Herrmann, cardiólogo intervencionista de la clínica.
“Como cardiólogos, deseábamos saber si el cáncer y sus terapias dejan a estos pacientes debilitados desde el punto de vista de la enfermedad cardiovascular”, dijo en un comunicado de prensa de la Mayo.
Aunque el estudio encontró que los supervivientes al cáncer tenían una tasa más alta de ataque cardiaco, no todos esos ataques resultaron mortales. De hecho, los supervivientes al cáncer no tuvieron un riesgo más alto de muerte provocada por ataques cardiacos, anotaron los autores del estudio. En lugar de ello, tenían tres veces más probabilidades de morir de causas no relacionadas con el ataque cardiaco.
Tras el ataque cardiaco, los pacientes con antecedentes de cáncer eran más propensos a llegar al hospital con un shock cardiogénico, en que el corazón de repente no puede bombear suficiente sangre.
Esos pacientes también eran más propensos a recibir una terapia de bomba con balón intraaórtico, en que se inserta un dispositivo para ayudar al corazón a bombear sangre. La necesidad de ese tratamiento podría indicar una reducción en la capacidad del corazón de bombear sangre, dijeron los investigadores.
Los supervivientes al cáncer también fueron más propensos a ser hospitalizados por insuficiencia cardiaca durante el seguimiento. Pero los que recibieron un tratamiento médico adecuado no estaban en mayor riesgo de morir por enfermedad cardiaca. Esos pacientes al final murieron por su cáncer, dijeron los autores del estudio.
“Este estudio respalda la importancia de que los cardiólogos y los oncólogos trabajen juntos para atender a estos pacientes”, señaló Herrmann. Ese tipo de atención se conoce como cardiooncología.
“Claramente, nuestra meta es que los pacientes de cáncer de hoy en día no se conviertan en pacientes cardiacos en el futuro, y si les sucede, que los atendamos de forma integral”, añadió.
El estudio aparece en la edición del 1 de diciembre de la revista Mayo Clinic Proceedings.
Artículo por HealthDay, traducido por HolaDoctor.com
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