En teoría, la solución es simple: una figura delgada y un cuerpo sano dependen de una dieta equilibrada y ejercicios. Hay quienes huyen de los carbohidratos o cuentan estrictamente las calorías, y también están los eternos seguidores de “dietas milagrosas”. Sin embargo, la euforia se desvanece cuando aparece el temido efecto “yo-yo”.
Con un chocolate en la oficina o una pizza para sepultar el mal humor, todos buscamos dulces o comida chatarra en entornos estresantes. Esto no es censurable, siempre que la “mala alimentación” no se vuelva una rutina que estimula el aumento de peso, la insatisfacción, la frustración y otras emociones negativas.
Entonces, ¿es posible que la hipnosis modifique el interruptor de la mente que boicotea los planes de buena alimentación para crear una silueta envidiable?
El hipnotizador busca eliminar los comportamientos negativos por positivos: en lugar de tener deseos de dulces u otras malas costumbres, la hipnosis impulsa pautas para bajar de peso.
En general, cualquier persona acude a un hipnotizador, independientemente de su forma física. La hipnosis es más útil para aquellos que han fallado en las dietas convencionales, una y otra vez, y regresan a sus viejos patrones alimentarios.
Los hipnotizadores serios no son los que hacen todo un espectáculo o show, donde duermen a sus víctimas en segundos con el chasquido de los dedos. Eso es para los circos.
El buen hipnotizador investiga primero por qué el paciente sufre de obesidad. Además de la alimentación, enfoca la atención en el estado emocional y psicológico, para garantizar que el tratamiento de hipnosis sea el más adecuado.
Mediante una fórmula o ejercicio de concentración, el hipnotizador consigue que el paciente se relaje profundamente. En ese estado, el cerebro está más receptivo para sustituir los hábitos poco saludables por nuevos patrones de comportamiento.
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Con su voz, el hipnotizador dirige al hipnotizado por diversas situaciones, hasta establecer nuevas prácticas en su subconsciente: reduce los antojos, incrementa la motivación para hacer ejercicio y fortalece la autoestima y la confianza en sí mismo.
Durante el estado de trance, el hipnotizador comunica que el ejercicio es entretenido y que es natural ir al gimnasio al menos dos o tres veces a la semana. Igualmente, que el paciente no debe sentir el deseo de comer dulces y otras comidas con demasiada grasa o calorías. Por lo general, la hipnosis dura de 30 a 90 minutos.
Depende del criterio del hipnotizador si es necesario una o varias sesiones para obtener los primeros resultados en la reducción de peso.
Debido a que hay muy pocos estudios sobre la pérdida de peso mediante la hipnosis, aún no existe evidencia científica al respecto. Pero, algunas investigaciones demuestran que la terapia de hipnosis es una alternativa a las dietas.
Un estudio en la Universidad de Tubinga, Alemania, analizó a 46 mujeres con sobrepeso durante seis meses. La mitad siguió una dieta convencional, mientras que la otra mitad recibió hipnosis. Ambos grupos redujeron su peso, pero las hipnotizadas obtuvieron los resultados más sobresalientes. Además, mejoró la calidad de vida de las hipnotizadas.
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🟧 PRINCIPALES CONCLUSIONES
¿Es posible perder libras o kilos usando hipnosis o solo es una falsa promesa? Es crucial entender que la hipnosis no es una solución mágica para perder peso y no funciona de la misma manera para todos.
La hipnosis implica relajación profunda para implantar sugestiones positivas sobre hábitos alimentarios y un estilo de vida saludable. Para algunos, es una opción para un patrón de alimentación más equilibrado. Sin embargo, es probable que otros individuos no obtengan ventajas de la hipnosis por diversas causas involucradas, como desequilibrios hormonales.
Algunos posibles beneficios de la hipnosis. Cambia los pensamientos negativos y fomenta una mentalidad más positiva y saludable. Fortalece la motivación y el compromiso con los objetivos de pérdida de peso. Antes de empezar hipnoterapia, consulte con un médico, ya que pueden existir desequilibrios hormonales o hipotiroidismo (una enfermedad del sistema endocrino caracterizada por la acción ineficiente de las hormonas tiroideas en el organismo).
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