Jocelyn pasaba la mayoría de su tiempo libre sentada frente a una computadora o con el móvil pegado a los ojos. Un día se sorprendió al descubrir que había ganado mucho peso y se sentía mal, al extremo de no dormir en la noche. Entonces decidió cambiar su estilo de vida y empezó con los ejercicios aeróbicos.
Los ejercicios aeróbicos son actividades que aumentan la frecuencia cardiaca y respiratoria, como correr, saltar, nadar, bailar o montar en bicicleta.
Cada vez que Jocelyn hacía ejercicio, se sentía más animada y concentrada. Su resistencia aumentó, perdió peso y pudo realizar más actividades físicas sin cansarse. Además, mejoró su salud mental, ya que los ejercicios aeróbicos liberan endorfinas, que son estimulantes naturales del estado de ánimo.
La historia de Jocelyn es una evidencia de la importancia del ejercicio aeróbico. No solo mantiene un peso saludable y la salud cardiovascular, sino que también mejora el bienestar general.
El propósito del ejercicio aeróbico es alcanzar la frecuencia cardiaca deseada. De este modo, el corazón funciona de manera más eficiente y el cuerpo quema una mayor cantidad de calorías.
Un cuerpo sano necesita de ejercicios con regularidad. Los individuos con una buena condición cardiovascular pueden mantenerla haciendo ejercicio un mínimo de tres veces por semana. Los que desean perder peso, cinco veces a la semana.
Hipertensión. Parece como si muchos llevaran una vida que conduce a una alta presión arterial o hipertensión. A medida que las personas envejecen, la situación se deteriora. Ejemplo: casi la mitad de los estadounidenses mayores padece hipertensión. Esto quiere decir que son cinco veces más propensos a sufrir derrames cerebrales, tres veces más propensos a sufrir un infarto de miocardio y de dos a tres veces más propensos a una insuficiencia cardiaca.
O sea, casi un tercio de las personas que padecen hipertensión no lo saben porque nunca sienten un dolor directo. Sin embargo, con el paso del tiempo, la fuerza de esa presión daña la superficie interior de sus vasos sanguíneos.
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Según los expertos, hay que reducir el consumo de sal, adoptar un patrón dietético deseable, perder peso y hacer ejercicio. Obviamente, abandonar los malos hábitos y seguir una dieta baja en grasas ayudará, pero lo más importante es el ejercicio. Y al igual que el ejercicio, fortalece y mejora los músculos de las extremidades y del corazón.
Corazón. El ejercicio estimula el desarrollo de nuevas conexiones entre los vasos sanguíneos deteriorados, por lo que las personas que hacen ejercicio tienen un mejor suministro de sangre a todo el tejido muscular del corazón. Tras una serie de cuidadosas consideraciones, algunos investigadores han observado que el ejercicio moderado varias veces por semana es una protección contra problemas cardiacos y la hipertensión.
1 – Tómelo con calma. Empiece los ejercicios aeróbicos con un nivel de esfuerzo bajo y cómodo, y progrese gradualmente.
2 – Conozca su cuerpo. Determine su límite de seguridad para el esfuerzo. Utilice algunos indicios, como problemas de sueño o fatiga al día siguiente de un entrenamiento, para comprobar si se está excediendo. A veces, demasiado ejercicio es peligroso e innecesario.
3 – Regularidad. Hay que ejercitarse un mínimo de tres veces por semana y un máximo de cinco para obtener los máximos beneficios. Una vez que esté en plena forma, un solo entrenamiento a la semana mantiene el cuerpo “a toda máquina”.
4 – El peso. La pérdida de libras o kilogramos mediante el ejercicio es un excelente punto de partida para prevenir la hipertensión. Los expertos afirman que el sobrepeso está relacionado con un mayor riesgo de desarrollar hipertensión, y perder peso disminuye el riesgo.
ESTADO ANÍMICO. Los ejercicios aeróbicos combaten enfermedades comunes tales como diabetes tipo 2, presión arterial alta y colesterol elevado; además promueven un sistema inmunitario fuerte que nos protege contra infecciones virales o bacterianas recurrentes. Estos entrenamientos son insuperables para mejorar nuestro estado anímico debido al incremento del flujo sanguíneo y la oxigenación del cerebro.
LESIONES. Hay algunas desventajas que deben tenerse en cuenta antes de comenzar un programa de ejercicios aeróbicos. El riesgo de lesiones puede ser mayor con los programas aeróbicos intensivos que involucran movimiento repetitivo o impacto excesivo en los músculos. Esto significa que si no se realiza correctamente el calentamiento previo y no se usan los equipamientos adecuados para absorber la fuerza del impacto, hay más posibilidades de sufrir un esguince o torcedura muscular. También las actividades físicas extensivas pueden provocar fatiga y agotamiento. Cuando este sucede, debe descansar por dos o tres días antes de regresar a los ejercicios.