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¿Siempre se lava las manos luego de saludar a alguien?

¿Se cambia de ropa 10 veces al día antes de salir de paseo o a trabajar? ¿Después de saludar a alguien, siempre se lava las manos durante cinco minutos o más? ¿Consulta al médico todas las semanas para un chequeo? ¡Tenga cuidado si sus respuestas son “¡Sí!”!

Mi tío Julio tiene 91 años y forma parte de mi familia desde que tengo uso de razón. Es alguien en quien puedo confiar para que me aconseje. No obstante, descubrí recientemente que padece un Trastorno Obsesivo-Compulsivo (TOC).

Eso explica muchos de sus comportamientos que antes no había podido entender: se lava las manos cada hora, comprueba tres o cuatro veces las cerraduras y se asegura de que las cosas estén en su sitio. Según cuentan sus hijos, el tío Julio está tan cansado de los rituales que debe hacer, que se acuesta muy temprano en la noche y nunca quiere salir de paseo con la familia.

El trastorno obsesivo-compulsivo es una enfermedad mental que hace que las personas tengan pensamientos innecesarios (obsesiones) y dupliquen comportamientos específicos una y otra vez. Es normal que la gente tenga rutinas, pero si las lleva demasiado lejos, puede caer en el TOC, también conocido como “fijación exagerada” o “perfeccionismo”.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el trastorno obsesivo-compulsivo es uno de los principales trastornos de ansiedad. Un trastorno que imposibilita el que se lleve una vida normal y afecta la calidad de vida de cualquier persona, independientemente de su sexo, edad o condición social.

Nadie ha encontrado una sola causa que explique científicamente el TOC. Algunos estudios sugieren que tal vez tenga que ver con la comunicación química entre células nerviosas en el cerebro. Otro factor es el estrés. El tratamiento es con psicoterapia y fármacos para subir los niveles de serotonina.

Hay obsesiones que van desde algo tan insignificante como comprobar varias veces que la puerta trasera esté cerrada, hasta no poder viajar más de cinco cuadras de la casa para regresar solo para asegurarse de no haber dejado las luces encendidas o que el perro tenga agua y comida.

Para representar con claridad esta enfermedad, hay películas como “As Good As It Gets” y “The Aviator”, donde los que sufren de TOC son representados por Jack Nicholson y Leonardo DiCaprio, respectivamente. Melvin Udall, el personaje de Nicholson, es un escritor que teme ser tocado por la gente, no se atreve a usar un jabón nuevo dos veces y rechaza utensilios del restaurante para almorzar o cenar. En la calle evita el contacto con los peatones y cuando come fuera lo hace con su tenedor, cuchillo y cuchara. Las actividades cotidianas lo estresan tanto que prefiere quedarse en casa durante meses, lejos del mundanal ruido.

DiCaprio personifica al multimillonario Howard Hughes, obsesionado con evitar ciertos tipos de alimentos por miedo a contraer infecciones microbianas. Hughes pasó de ser un ejecutivo de cine que salía con las mujeres más bellas de Hollywood a un recluso en un cuarto sin ventanas de su casa, que se lavaba las manos cien veces al día y estaba petrificado de pánico por el contacto humano. A veces la ficción se convierte en realidad, como en el caso de DiCaprio, que confiesa que él también padece de TOC. No quiere que su enfermedad le impida vivir con normalidad, por eso acude a terapia para dejar de pisar cada chicle que encuentra en el suelo o traspasar la misma puerta como 20 veces al día.

El TOC altera la vida de las personas, ya que sus pensamientos obsesivos y comportamientos compulsivos son difíciles de ignorar. Y también puede afectar a las mujeres durante el embarazo o tras el parto. Las obsesiones incluyen el temor a causar daños al bebé o a no esterilizar correctamente los biberones, mientras que las compulsiones consisten en controlar la respiración del bebé cada pocos minutos.

Obsesiones-compulsivas:

Miedo a la contaminación o suciedad: temor a virus, bacterias, residuos corporales, secreciones; sensación de no estar completamente limpio, o en lugares sucios. Terror a enfermarse, ni siquiera de un resfrío.

Perfeccionismo: sentimientos o ideas de que algo “no está bien” o “incompleto”. Puede ser la posición de objetos o tipos de sonidos. Además, revisan cerraduras, puertas, ventanas, luces y hasta sus ojos para ver si están o no rojos o con arrugas alrededor.

Obsesiones violentas: pensamientos inapropiados hacia los demás o ideas de muerte y de herir a alguien, como un familiar o amigo. En terapia, los pacientes se sienten como si fueran criminales potenciales.

Acumulación: guardan una gran cantidad de cosas que ocupan espacio y crean angustia, ya que generalmente están en desorden. Tienen dificultad para deshacerse de pertenencias y sienten culpa a la hora de solo pensar en botar algo a la basura.

La persona que sufre un TOC es reacia a revelar sus síntomas a los demás, por lo que resulta frecuente que busque ayuda urgente muchos años después de la aparición del problema. El 34 % de las personas con TOC sufre de depresión en el momento de diagnosticarles la enfermedad, mientras que el 66 % sufrirá en silencio durante toda su vida.​

ENCICLOPEDIA. TOC.

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