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Una dieta para vivir 100 años y más

Okinawa, una isla situada al sur de Japón continental, fue el sitio de la mayor operación anfibia militar de EE. UU. durante la Segunda Guerra Mundial. Hoy, es más conocida por una dieta tradicional.

La Dieta Okinawa es rica en frutas, verduras y pescado, baja en calorías y grasas saturadas. Según investigaciones, mejora la salud y fomenta la longevidad, una de las razones por las que Okinawa tiene el mayor número de centenarios en todo el mundo. Es muy inusual ver a los isleños con sobrepeso, la mayoría conserva la apariencia física delgada de sus antepasados: pescadores y granjeros.

 El uso intensivo de verduras en la cocina de Okinawa es la creencia derivada de la Medicina Tradicional China (MTC) de que los alimentos en general y las verduras en particular tienen una cualidad tónica o medicinal. En Okinawa es costumbre agradecer a quienes han preparado y servido una comida diciendo “Kusuinatan”, que significa que la comida es como una medicina para el cuerpo. Ciertas hierbas, como las hojas de hinojo, se utilizan en Okinawa para tratar dolencias que van desde el eczema y la diarrea hasta la tos y el resfriado.

La Dieta Okinawa contiene solo el 25 % del azúcar y el 75 % de los cereales de la dieta media japonesa. También contiene menos pescado de lo que es habitual en la dieta japonesa: menos de media ración al día de media.

Además incluye verduras (papas, tomate, pepino), cítricos, frutos bajos en calorías, así como algas, tofu, yogures magros, té y mucha agua. Muy poca carne, a excepción del cerdo, y casi ningún producto lácteo.

Los alimentos proporcionan rápidamente la sensación de saciedad, lo que permite dejar de comer antes de estar completamente lleno. Además, la dieta genera menos radicales libres (una de las razones para vivir más años). La restricción calórica reduce los niveles de insulina en la sangre, provoca un aumento de la respuesta inmune y protege contra la obesidad. La incidencia de enfermedades cardíacas, cáncer de mama y de próstata es rara en Okinawa.

Los alimentos que hay que consumir con moderación son pescados, magro, huevos, aves de corral, mariscos, sushi, legumbres, arroz, boniato, patata, aguacate y plátano. Los alimentos ocasionales son las carnes magras, los frutos secos, los cereales integrales, el pescado graso, el hummus, así como la fruta dulce y el queso de soja.

En cuanto a los alimentos a limitar, son las oleaginosas, los quesos, el aceite y la mantequilla, la crema, las frituras, los productos procesados, las galletas, los embutidos.

Para adaptar la Dieta Okinawa al estilo de vida occidental, se recomienda consumir todos los días:

Además de comer saludable, los okinawenses son muy activos. La Dieta Okinawa es perfectamente compatible con la actividad física regular. El deporte es esencial para prevenir enfermedades y mantener el cuerpo sano.

Los isleños, jóvenes y mayores, practican artes marciales y otros deportes. Con estas actividades, sudan, liberan toxinas del cuerpo y mejoran su salud cardiovascular. También hay centenarios que se dedican al “Rojin-odori”, una baile que los mantiene físicamente muy activos.

En EE. UU. no es raro ver a las personas mayores en hogares de ancianos viviendo una vida cómoda pero sedentaria. El estilo de vida inactivo y los alimentos ricos en grasas y altos en carbohidratos han contribuido al aumento de las enfermedades cardíacas y otras dolencias.

Los okinawenses siempre han estado acostumbrados a “no comer hasta la saciedad”. En Occidente, estamos acostumbrados a comer hasta que estamos a tope. Nos gusta comer. Y a veces, la gula también nos invita a volver a dar unos bocados, cuando el hambre ya está satisfecho.

La Dieta Okinawa está basada en un estilo de vida perfectamente saludable, una dieta equilibrada hecha de productos frescos, no procesados, y actividad física. En total, reúne todo lo que necesitamos para vivir sanos hasta la vejez.

Alerta. Las precauciones más importantes para la Dieta Okinawa, como para cualquier otra dieta destinada a controlar el peso o la diabetes, son asegurarse de que la dieta se basa en información médica precisa y en un asesoramiento nutricional sólido.

Las personas interesadas en seguir una dieta de restricción calórica o cualquier otro plan dietético para perder peso deben consultar primero a su médico de cabecera.

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