Los hombres eran mucho más propensos que las mujeres a presentar ese tipo de cicatriz: casi un 13 frente a un 2.5 por ciento, respectivamente. Otros factores asociados con un riesgo más alto de cicatrices cardiacas incluían fumar, tener más peso, unos niveles más altos de depósitos de calcio vinculados con las enfermedades cardiacas en las arterias, y el uso de antihipertensivos al inicio del estudio.
Los investigadores enfatizaron que “aún está por definirse” una determinación del impacto para la salud de esos ataques silenciosos. Pero apuntaron que el 70 por ciento de los pacientes que pierden sus vidas debido a una muerte cardiaca repentina muestran evidencias de este tipo de cicatrices previas en el corazón.
El Dr. Kevin Marzo, jefe de cardiología del Hospital de la Universidad de Winthrop en Mineola, Nueva York, revisó los nuevos hallazgos, y comentó que respaldan la idea de que un ECG de rutina realizado en el consultorio del médico quizá solo detecte un porcentaje bajo de los ataques cardiacos silenciosos.
Según Marzo, eso significa que, para algunos pacientes, tomar medidas como los cambios en el estilo de vida y la gestión del colesterol para reducir el riesgo de ataque cardiaco podrían ser “necesarios a pesar de la reconfirmación de tener un ECG normal en el consultorio del médico”.
El estudio aparece en la edición del 10 de noviembre de la revista Journal of the American Medical Association.
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Artículo por HealthDay, traducido por HolaDoctor.com
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