En la fotocoagulación dispersa, (también llamada fotocoagulación panretiniana), el especialista en ojos quema cientos de puntos en patrón uniforme en dos o más ocasiones. La fotocoagulación dispersa reduce el riesgo de ceguera debida a hemorragia vítrea o desprendimiento de la retina, pero solo surte efecto antes de que el sangrado o desprendimiento estén muy avanzados. Este tratamiento también se usa para ciertos tipos de glaucoma.
Los efectos secundarios de la fotocoagulación dispersa por lo general son menores. Incluyen varios días de visión borrosa después de cada tratamiento y posible pérdida de la visión lateral (periférica).
En la fotocoagulación focal, el especialista en ojos dirige el rayo láser precisamente a los vasos sanguíneos con fuga en la mácula. Este procedimiento no cura la visión borrosa que causa el edema macular, pero impide que empeore.
Cuando ya se ha desprendido la retina o se ha fugado mucha sangre al ojo, la fotocoagulación ya no es beneficiosa. La siguiente opción es la vitrectomía, una operación para eliminar el tejido cicatrizal y el líquido turbio dentro del ojo. Cuanto antes se haga la intervención, mayor la probabilidad de que sea exitosa. Cuando el objetivo de la operación es quitar la sangre del ojo, por lo general surte efecto. Volver a adherir la retina al ojo es mucho más difícil y solo se logra en aproximadamente la mitad de los casos.
Hay dos tipos de tratamiento para el edema macular: tratamiento con láser focal para disminuir la fuga de líquido y medicamentos que se pueden inyectar en el ojo para retrasar el crecimiento de nuevos vasos sanguíneos y reducir las fugas de líquido a la mácula.
¿Corro peligro de tener retinopatía?
Varios factores influyen en la retinopatía:
- control de la glucosa en la sangre
- presión arterial
- tiempo que ha tenido diabetes
- factores genéticos
Mientras más tiempo haya tenido diabetes, mayor la probabilidad de tener retinopatía. Casi todas las personas con diabetes tipo 1 a fin de cuentas tienen retinopatía no proliferativa. La mayoría de las personas con diabetes tipo 2 también la padecen. Pero es mucho menos común la retinopatía proliferativa que puede causar ceguera.
Las personas que mantienen un nivel de glucosa en la sangre que se aproxima al normal son menos propensas a la retinopatía o tienen casos más leves.
Puede producirse daño severo a la retina antes de que usted note un cambio en la visión. La mayoría de las personas con retinopatía no proliferativa no presentan síntomas. Incluso con retinopatía proliferativa, el tipo más peligroso, hay casos en que las personas no tienen síntomas hasta que es demasiado tarde para el tratamiento. Por ese motivo, debe hacer que un especialista en ojos se los examine periódicamente.
Fuente: Asociación Americana de la Diabetes
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