Las enterobacterias más conocidas son la E. coli, una causa común de Klebsiella pneumoniae, que puede provocar neumonía y potencialmente infecciones fatales del torrente sanguíneo, dijo Kallen.
Las bacterias ERC son capaces de producir una enzima que descomponen a los antibióticos, lo que fuerza a los médicos a recurrir a antibióticos más antiguos y más tóxicos para combatir las infecciones, dijo.
La mayoría de las infecciones con las ERC se producen en un hospital. De hecho, la hospitalización fue la exposición potencial más habitual de las ERC, halló el estudio. La edad media (el valor medio) de los pacientes fue de 66 años.
Pero a los expertos en la salud pública les preocupa que, dado que las enterobacterias son tan habituales en la vida cotidiana, si las ERC empiezan a transmitirse fuera de los ámbitos de la atención sanitaria podrían causar estragos.
“Estamos viendo a cada vez más pacientes en la comunidad con una infección renal por e. coli ante la cual no contamos con una terapia oral para su tratamiento”, dijo la Dra. Mary Hayden, profesora asociada de patología del Centro Médico de la Universidad de Rush en Chicago. “Si las ERC entran en la comunidad y empiezan a provocar infecciones comunes y corrientes en el tracto urinario en personas que por lo demás están sanas, tendrían un impacto significativo porque no tenemos agentes para tratar esas cosas”.
En el estudio, publicado el 5 octubre en la revista Journal of the American Medical Association, los CDC realizaron una vigilancia activa de las ERC en 2012 y 2013 en las personas que viven en las siete ciudades mencionadas anteriormente.
La tasa general de ERC en esas ciudades fue de 2.93 infecciones por cada 100,000 personas, hallaron los investigadores.
Es una cifra baja en comparación con el SARM, una bacteria resistente a los antibióticos, y la bacteria oportunista C. difficile, que provoca una diarrea potencialmente letal en personas con un sistema digestivo al que se han administrado antibióticos fuertes.
Pero las ERC se han vuelto más habituales en un periodo corto de tiempo, dijo Hayden, que escribió un editorial acompañante en el revista.
“Creo que hemos aprendido a partir de esas situaciones que estos problemas se pueden propagar con mucha rapidez”, dijo. “Si observamos lo que ha ocurrido con otros organismos resistentes a los antibióticos parecidos, podemos ver lo que ocurrirá con este a menos que hagamos algo ahora”.
Para detener la propagación de las bacterias resistentes a los antibióticos, los CDC están promoviendo que se realicen esfuerzos regionales en los que los hospitales, los centros de atención médica a largo plazo y otros centros de atención médica se comuniquen regularmente sobre las infecciones, dijo Kallen.
Muchas bacterias resistentes a los antibióticos se propagan en una comunidad porque las portan los pacientes de un centro a otro. Una mejor coordinación puede prevenir esta propagación al identificar a los pacientes y aislarlos con un buen control de las infecciones, comentó.
Hayden elogió este estudio como un “paso inicial realmente bueno”, pero dijo que espera que se expanda hasta incluir a muchas otras áreas metropolitanas.
“Esto da una buena idea del panorama a nivel nacional, pero se puede mejorar”, dijo.
Artículo por HealthDay, traducido por HolaDoctor.com
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