La tentación de responder a las notificaciones de las redes sociales y a los mensajes de texto de amigos mantiene cada vez más adolescentes despiertos por la noche.
Una nueva investigación de Zlatan Krizan, profesor asociado de psicología de la Universidad Estatal de Iowa; y Jean Twenge, autor principal y profesor de la Universidad Estatal de San Diego, descubrieron que los adolescentes que pasan más de dos horas al día en sus teléfonos inteligentes tienen menos de siete horas de sueño cada noche. La investigación, publicada en la revista Sleep Medicine, es la evidencia más sólida hasta la fecha de que el aumento del uso de dispositivos electrónicos por parte de los adolescentes en los últimos años es responsable de aumentos similares en el sueño insuficiente.
Los investigadores analizaron los datos de dos encuestas nacionales de más de 360.000 adolescentes, centrándose específicamente en los cambios en el uso del sueño y el teléfono inteligente de 2009 a 2015. Notaron un cambio abrupto en los hábitos de sueño de los adolescentes alrededor de 2012, al mismo tiempo que los teléfonos inteligentes se hicieron más frecuentes. Según el estudio, a medida que aumentaba el tiempo dedicado a los teléfonos inteligentes, también aumentaba el porcentaje de adolescentes que dormían lo suficiente:
En relación con 2009, el 17 por ciento más de adolescentes en 2015 informaron que dormían menos de siete horas por noche. El 35 por ciento de los adolescentes que usaban dispositivos electrónicos durante una hora al día dormía menos de siete horas.
El 52 por ciento de los adolescentes que usan dispositivos electrónicos durante más de cinco horas durmieron menos de siete horas.
En comparación, aquellos que pasaron más de cinco horas tenían un 50 por ciento más de probabilidades de dormir menos que aquellos que pasan una hora al día.
La falta de sueño es una de las muchas consecuencias para la salud derivadas de una mayor dependencia de la tecnología, dijo Krizan. Esto es especialmente preocupante para los adolescentes que no reciben las nueve horas de sueño recomendadas cada noche.
“Nuestro cuerpo intentará satisfacer sus necesidades de sueño, lo que significa que el sueño interferirá o hundirá su nariz en otras esferas de nuestras vidas”, dijo Krizan. “Los adolescentes pueden ponerse al día con las siestas durante el fin de semana o pueden comenzar a quedarse dormidos en la escuela”.
Revertir la tendencia
Establecer buenos hábitos de sueño y establecer límites para teléfonos inteligentes a una edad temprana ayuda a promover el uso responsable más adelante en la vida. Twenge, autor del libro “iGen”, dice que este estudio ilustra la necesidad de moderación, especialmente para las generaciones de adolescentes que ahora crecen con los teléfonos inteligentes.