Pero el análisis de los datos de más de 12,000 niños hispanos de todo Estados Unidos encontró que los niños de familias inmigrantes eran más propensos a experimentar la pobreza.
Las tasas de lo que los investigadores llamaron experiencias adversas en la niñez fueron de un 56 por ciento para los niños hispanos nacidos en EE. UU. y de un 47 por ciento para los de familias de inmigrantes.
Entre los niños hispanos de familias inmigrantes, el 12 por ciento vivieron el divorcio de sus padres y el 32 por ciento experimentaron la pobreza, mientras que entre los niños nacidos en Estados Unidos, el 25.5 por ciento vivieron el divorcio de sus padres y casi el 30 por ciento experimentaron la pobreza.