Pero en términos de la calidad del sueño, las mujeres postmenopáusicas tenían la peor desventaja, mostraron los hallazgos.
La autora líder del estudio, Anjel Vahratian, explicó que “la encuesta observó aspectos clave de la calidad del sueño, como poder quedarse dormido rápidamente, permanecer dormido, y sentirse descansado al despertarse en la mañana”. Vahratian ayuda a dirigir los análisis de datos en el Centro Nacional de Estadísticas de Salud (NCHS) de los CDC en Hyattsville, Maryland.
Según Vahratian, los datos “encontraron que las mujeres postmenopáusicas eran las más propensas a reportar que habían tenido más problemas en todas esas categorías, cuatro o más veces en la última semana”.
La encuesta reveló que solo más o menos un 17 por ciento de las mujeres premenopáusicas tenían problemas para quedarse dormidas, frente a casi un 25 por ciento de las mujeres en la transición a la menopausia y más de un 27 por ciento de las mujeres postmenopáusicas.
De forma similar, poco menos de una cuarta parte de las mujeres premenopáusicas dijeron que tenían problemas para permanecer dormidas, frente a casi un 31 por ciento de las mujeres perimenopáusicas y casi un 36 por ciento de las mujeres postmenopáusicas, según el informe.
Vahratian dijo que la encuesta no intentó determinar qué podría producir las diferencias en el sueño relacionadas con la menopausia.
Pero Dasgupta anotó que, además de varios síntomas vinculados con la menopausia, los cambios en los niveles de estrógeno, al igual que otros problemas de salud que aparecen con la edad, también podrían tener un rol.
“El estrógeno ayuda con el tono muscular de las vías respiratorias superiores, y la pérdida de eso contribuye al riesgo de la apnea obstructiva del sueño”, apuntó. “El riesgo de insomnio también aumenta con la edad, junto con el síndrome de las piernas inquietas, que altera el proceso de quedarse dormido. También cuando envejecemos, aumenta el riesgo de insuficiencia cardiaca, enfermedad pulmonar y enfermedad psiquiátrica, y los medicamentos para tratarlas pueden fomentar el insomnio y la necesidad de ir al baño de noche”.
¿Cuál es el consejo para las mujeres insomnes de EE. UU.?
“El principal es no fumar”, dijo Dasgupta. “En cuanto a las mujeres que experimentan sofocos, use ropa holgada y vigile que la temperatura de la habitación sea cómoda. También intente establecer una buena ‘higiene’ del sueño, lo que significa tener horarios definidos para irse a la cama y para despertarse. Y por supuesto, siempre pida ayuda al médico”.
El nuevo estudio aparece en la edición del 7 de septiembre de la revista NCHS Data Brief.
Artículo por HealthDay, traducido por HolaDoctor.com