Sharon Reimold, una cardióloga especializada imagenología del corazón en UT Southwestern Medical Center en Dallas, dijo que la mayoría del conocimiento sobre enfermedad cardiovascular se fundamenta en estudios de hombres y mujeres heterosexuales. Eso significa que los médicos no han sabido con certeza si están dando el mejor cuidado a sus pacientes LGBTI, dijo Reimold.
“Francamente, creo que estamos muy atrasados”, dijo sobre el estado de la investigación de salud cardiovascular en personas LGBTI en Estados Unidos.
Reimold, quien ha estudiado enfermedad de cardiovascular por casi 30 años, espera que la información que recopilará el estudio PRIDE motive a más investigadores a estudiar la enfermedad cardiovascular en la comunidad LGBTI. Por ejemplo, Reimold dijo que le gustaría ver estudios que investigan los efectos que tiene la terapia de largo plazo de testosterona sobre la saludde los corazones de hombres trans.
Reimold dijo que es “muy probable” que ella y sus pares aprenderán que lo que han considerado ser una sola población es, “en realidad varias poblaciones, y que podrían tener diferentes riesgos de corto y largo plazo de enfermedad cardiovascular”.
Una reciente evaluación de estudios que se remontan a 1985 encontró que el fumar, el uso de narcóticos ilícitos, la obesidad y el consumo excesivo de alcohol están entre los principales factores de riesgo entre personas LGBTI. Los resultados, que se publicaron en la revista científica American Journal of Public Health, también mostraron que la discriminación y el aislamiento se vinculan a una condición pobre de salud.
En otro estudio, que se publicó el mes pasado en JAMA Internal Medicine, los investigadores encontraron que las personas que se identificaron como transgénero o género no conforme tendían más a decir que tenían una condición de salud pobre o regular a comparación con las personas cuya identidad de género corresponde al género de su nacimiento.
Bothwell se inscribió en el estudio PRIDE en junio y espera que genere estudios muy necesitados de la salud general de personas LGBTI, muchos de los cuales han sido renuentes a compartir sus registros médicos y detalles personales sobre sus hábitos sexuales y de salud “por muchas razones válidas”.
“Principalmente, a la gente le cuesta mucho contestar preguntas como estas”, dijo Bothwell.
También espera que la nueva información motive a los médicos a aprender más sobre las inquietudes de salud de sus pacientes LGBTI – junto con algunas de las razones detrás de ciertos comportamientos de salud, como los índices más altos de fumar.
“Ser trans no es la causa de ser fumador”, dijo Bothwell. “Lo que quiero es la documentación – así es como opera la salud de las personas LGBTI”.