La calidad de las relaciones con los hijos adultos y el cónyuge podrían influir en las probabilidades de desarrollar demencia, sugiere una nueva investigación.
Aunque tener hijos adultos compasivos pareció ser protector, tener parientes poco compasivos de todos los tipos pareció tener un efecto opuesto, y más dramático, reportaron los investigadores británicos.
El hallazgo “sugiere que los adultos mayores que experimentaban una relación fiable, cercana y comprensiva con sus hijos adultos eran menos propensos a desarrollar demencia”, dijo el autor del estudio, Mizanur Khondoker. “Al contrario, una relación cercana que no funcionara bien (como experimentar conductas críticas, poco fiables e irritantes por parte de los cónyuges o parejas, los hijos u otros familiares inmediatos) se relacionó con un aumento en el riesgo de desarrollar demencia”.
Khondoker es profesor principal de estadísticas médicas en la Facultad de Medicina Norwich de la Universidad de East Anglia, en Norwich.
Para examinar cómo el respaldo familiar podría afectar el riesgo de demencia, los investigadores observaron datos recolectados entre 2002 y 2012 que incluyeron a más de 10,000 personas de ambos sexos de a partir de 50 años de edad. Ninguno de ellos tenía demencia cuando se inscribieron en el estudio.
Los participantes completaron cuestionarios en que detallaban el respaldo social que habían recibido, o del que carecían, en al menos una relación clave. Esas relaciones podían ser con los hijos, los cónyuges, los amigos y/o los parientes cercanos, por ejemplo primos, hermanos, padres y/o nietos.
Se realizaron entrevistas de seguimiento semestrales, momento en que los investigadores registraron todos los casos nuevos de demencia y calificaron las relaciones sociales en una escala de negativo a positivo que abarcaba del uno al cuatro.
Para el final del estudio, un 3.4 por ciento de los participantes (190 hombres y 150 mujeres) habían desarrollado alguna forma de demencia.
Los investigadores observaron que los que habían recibido un respaldo positivo de sus hijos adultos se enfrentaban a un riesgo más bajo de demencia. Khondoker describió la asociación como “modesta”, y anotó que por cada aumento de un punto en el respaldo positivo de un hijo adulto, el riesgo de demencia se redujo en un promedio de un 17 por ciento.
Al contrario, por cada aumento de un punto en la “puntuación” general de respaldo social negativo de un individuo, el riesgo de demencia subió en un 31 por ciento, señaló.