Los investigadores enfatizaron que el enfriamiento se debería usar solo después de haber aplicado un torniquete o una presión directa. Eso es así porque aumentar la presión arterial mientras un paciente está sangrando podría hacer que perdiera más sangre todavía.
Para realizar el estudio, el equipo de Johnson situó a 10 personas sanas en una cámara especial. Sus efectos sobre la circulación sanguínea son parecidos a lo que ocurre cuando alguien pierde hasta un litro de sangre y se le aplica un torniquete para que deje de sangrar. Se aplicaron bolsas de hielo o con agua a temperatura ambiente en la cara de los participantes durante 15 minutos mientras se monitorizaba su función cardiaca.
Las personas a las que se trató con bolsas de hielo experimentaron una gran mejora en la presión arterial. Los investigadores concluyeron que enfriar la cara podría ayudar a restaurar la función cardiaca y a mantener la presión arterial después de una pérdida de sangre grave.
Esta técnica debe probarse en ensayos clínicos para determinar qué pacientes se beneficiarían más, indicaron los autores del estudio.
Los hallazgos del estudio se presentaron el miércoles en la reunión anual de la Sociedad Americana de Fisiología, en Chicago. Las investigaciones presentadas en reuniones se deben considerar preliminares hasta que se publiquen en una revista revisada por profesionales.
Artículo por HealthDay, traducido por HolaDoctor.com