Enfermedad inflamatoria del intestino: La inflamación y la ulceración pueden afectar los movimientos intestinales a lo largo de su tracto digestivo y pueden conducir a dolor abdominal y cólicos.
Una hernia: Muchas personas que levantan cosas pesadas o trabajan con esfuerzos constantes pueden experimentar dolor abdominal. Las hernias pueden ser causadas por el esfuerzo excesivo o el levantamiento de peso incorrectamente. El exceso de trabajo también puede causar que los músculos abdominales se desgarren.
Intolerancia a la lactosa: Cuando no se pueden digerir los productos lácteos, nos provocan gases, dolor de estómago, diarrea e hinchazón. Limitar el consumo de productos lácteos o sustituir la leche y el queso con productos de soja puede ayudarle a evitar este problema.
Dolor de la vesícula biliar y del riñón: Muchas personas confunden estos tipos de dolores porque los síntomas son similares a los cálculos biliares y los cálculos renales. Puede producirle dolor por debajo de las costillas y en la espalda. Pero realmente, la vesícula biliar está en la parte superior derecha del abdomen y cuando está inflamada puede sentir una pequeña y dura bola.
Por supuesto, si su dolor es fuerte no se moleste en tratar de averiguar qué tipo es, busque atención médica inmediatamente. Pero es importante escuchar su cuerpo, especialmente después de comer ciertas cosas. Siempre hable con su médico acerca de cualquier tipo de dolor, de esa manera será capaz de llegar a la raíz del problema.