Hacer tiempo para entrenar puede ser difícil cuando se tiene una vida ocupada con un marido y niños, pero no imposible. Angelica Amador Benítez tiene dos hijos y subió 100 libras en cada embarazo. No estaba contenta con la forma en la que se veía o sentía, por lo que decidió hacer algo al respecto. “En mi primer embarazo pasé por Fertilización In Vitro (FIV) y te inyectan hormonas para quedarte embarazada, aunque no creo que fueran las hormonas. Comía más de lo que se suponía”, explica Angelica Amador Benítez. Durante ambos embarazos subió 100 libras, y antes ya pesaba 140 libras.
“Siempre he sido una rata de gimnasio porque me encanta la sensación de entrar, pero cuando uno pesa 250 libras, no apetece estar saltando arriba y abajo en un gimnasio” dice. Como madre primeriza, no tenía un horario flexible que le permitiera ir al gimnasio. Tenía un recién nacido que cuidar, por lo que necesitaba un programa que pudiera hacer en la comodidad de su propia casa. Angelica se levantó una noche y compró Turbo Jam a las dos de la mañana y decidió darle una oportunidad. El programa llegó con un horario para seguir cada día, así como un libro de nutrición. “Pensar que tienes que perder 100 libras es demasiado estresante, así que lo dividí en pequeñas partes. Perder de 2 a 3 libras a la semana era más realista” explica.
Empezó el programa un lunes y se pesó el domingo siguiente. A Angelica no le importó cuánto tiempo le tomase y, aunque se dio un año entero para perder el peso, perdió el del primer embarazo en 6 meses y el del segundo en 8. Esta fue una experiencia que cambió la vida de Angelica, así como también su mentalidad en relación con la comida y el trabajo. No se trataba de hacer una dieta, sino de adaptar un estilo de vida más saludable que continuara años después de perder el peso. “Una dieta no funciona porque una dieta significa que hay un principio y un fin, así que una vez que ha terminado, vuelve a sus viejas costumbres y recupera el peso” dice.