Entre el 4 y el 6 por ciento de la población podrían experimentar una depresión de invierno, conocida como trastorno afectivo estacional (TAE), dijo Sanam Hafeez, neuropsicóloga con sede en la ciudad de Nueva York.
Otro grupo de entre el 10 y el 20 por ciento podría tener un TAE leve, añadió Hafeez. El TAE es cuatro veces más habitual en las mujeres que en los hombres, y es más prevalente cuanto más al norte se esté. Por ejemplo, es 7 veces más habitual en el estado de Washington que en el de Florida, dijo.
La fototerapia y los antidepresivos pueden ayudar a los pacientes con un TAE, dijo Hafeez.
“En la mayoría de los casos, los síntomas del trastorno afectivo estacional aparecen a finales de otoño o a principios de invierno y se van durante los días más soleados de primavera y verano”, comentó Hafeez.
Pero la nueva investigación indica que los casos más graves de depresión también salen a la superficie justo después del cambio horario.
En el estudio, los investigadores analizaron datos de 1995-2012 de Dinamarca y encontraron que la cantidad de personas a las que se había diagnosticado depresión en los hospitales psiquiátricos aumentaba inmediatamente después del cambio de horario de verano al horario estándar.
La cantidad de diagnósticos de depresión en el mes posterior al cambio horario fue aproximadamente el 8 por ciento más alta de lo normal, según el estudio publicado recientemente en la revista Epidemiology.
Ese aumento es demasiado alto para ser una coincidencia, añadieron los investigadores.
“Nos sentimos relativamente seguros de que es la transición del horario de verano al estándar lo que provoca el aumento de la cantidad de diagnósticos de depresión”, dijo el autor del estudio, Soren Ostergaard, de la Universidad de Aarhus, en Dinamarca.
Los investigadores no descubrieron las razones del aumento de los diagnósticos de depresión después del cambio horario, pero sugirieron algunas causas posibles.
“Probablemente nos beneficiamos menos de la luz del día en la mañana entre las 7 y las 8, porque muchos de nosotros estamos en la ducha, desayunando o sentados en un coche o un autobús de camino al trabajo o la escuela. Cuando llegamos a casa y tenemos tiempo libre en la tarde, ya se ha hecho oscuro”, dijo Ostergaard en un comunicado de prensa de la universidad.
“Además, es probable que la transición al horario estándar esté asociada con un efecto psicológico negativo, ya que indica muy claramente la llegada de un periodo de días largos, oscuros y fríos”, añadió.
“Nuestros resultados deberían dar lugar a un aumento de la concienciación sobre la depresión en las semanas siguientes a la transición al horario estándar. Esto es especialmente cierto para las personas con una tendencia a la depresión”, dijo Ostergaard.
Artículo por HealthDay, traducido por HolaDoctor.com
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