Los programas educativos como el de California son cruciales para ayudar a las familias a ser saludables, dijo Sharon Cox, una dietista certificada del Sistema de Salud y Hospital Parkland en Dallas. “Deberíamos de comenzar con los niños”, dijo, porque los hábitos poco saludables de los adultos pueden afectar a sus hijos y a las generaciones futuras.
Cox atiende principalmente a pacientes negros e hispanos, y dijo que muchos sólo toman en serio su salud después de desarrolloar una condición crónica.
Aproximadamente dos terceras partes de los participantes del programa eran hispanos o latinos. Según estadísticas de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (Centers for Diease Control and Prevention, CDC por sus siglas en inglés), a pesar que los blancos tienden más a tener presión alta, los hispanos tienden mucho más a tener presión alta no controlada. La información muestra que la presión arterial alta es más común en los negros. Además, según estadísticas anteriores de los CDC, la presión arterial alta ocurre más en personas de origen hawaiano y personas oriundas de las islas del Pacífico que en los blancos.
Escobedo y cinco de sus colegas recibieron capacitación especial para el programa, y aprendieron técnicas efectivas para animar a los pacientes a llevar vidas saludables. Los organizadores del programa calculan que los participantes vieron bajar un promedio de diez puntos su presión arterial sistólica, el número superior en la lectura de la presión.
Los fondos del programa procedieron de un donativo de John Sobrato, un filántropo local quien le dio los fondos a la oficina en Silicon Valley que forma parte de la oficina regional Western States Affiliate de la American Heart Association. Esa oficina regaló a la clínica varias máquinas para tomar la presión, que fueron donadas por Omron Healthcare. Hace poco, la empresa donó cuatrocientos monitores a la AHA para su distribución en comunidades de escasos recursos.
El centro de salud volverá a ofrecer el programa sobre la presión alta en el año 2017.
Hortensia Perez (tercera de izquierda a derecha) con su familia en la graduación de su hijo Jose Amador. Foto cortesía de Hortensia Perez
Para Perez, el programa representó la primera vez que recibió una guía práctica sobre cómo cocinar comidas saludables e incorporar ejercicio a su rutina. La mayoría de sus médicos nunca le habían dado instrucciones de cómo hacer esos cambios exitosamente. Más bien, dijo, le administraron medicamentos y le aconsejaban a comer mejor y hacer ejercicio.
Hoy, tiene una presión arterial normal y ha bajado diez libras.
Los hábitos saludables de Perez los han incluso adoptado su esposo, Luciano, quien tiene diabetes, y sus cuatro hijos quienes viven con ellos — aunque no son amigos de sus batidos verdes.