Entre 1990 y 1994, la cantidad de lesiones por las patinetas en realidad se redujo. Pero de 1994 a 2008, la tasa de lesiones aumentó de nuevo, según el estudio.
McKenzie cree que esos cambios se pueden atribuir a “la popularidad creciente y menguante del deporte. Los niños quieren hacerlo, lo hacen, y pasan a lo siguiente”, dijo.
Los chicos eran mucho más propensos que las chicas a sufrir lesiones. Casi el 40 por ciento de las lesiones ocurrieron en casa. Poco menos del 30 por ciento ocurrieron en la calle o en la carretera, encontró el estudio.
Una buena noticia del estudio es que la mayoría de los niños lesionados al final no son admitidos al hospital.
Los jóvenes osados podrían intentar imitar los trucos que ven que hacen los profesionales, pero Morocco anotó que los profesionales toman medidas de precaución adicionales.
Si los niños intentan imitar sus movimientos profesionales preferidos, deben asegurarse de también copiar la protección que los profesionales usan, aconsejó.
Ninguno de los dos expertos espera que los niños renuncien a montar patinetas.
“Si a mis hijos les gusta montar patinetas, simplemente adoptaría todas las mejores prácticas para garantizar que tengan el riesgo más bajo de lesionarse”, planteó McKenzie. “Intentaría llevarlos a un parque de patinaje diseñado para el deporte, en lugar de dejar que lo hagan en la calle. O los hago usar cascos en lugar de simplemente dejarlos ir a ver qué pasa. No lo prohibiría simplemente porque haya un riesgo”.
Los hallazgos del estudio aparecen en la edición de este mes de la revista Injury Epidemiology.
Artículo por HealthDay, traducido por HolaDoctor.com
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