En el trabajo, que aparece en la edición en línea del 18 de abril de la revista Annals of Internal Medicine, el ACP describe los problemas de salud que afirma que el cambio climático ya está creando:
- Enfermedades respiratorias, como el asma y la EPOC. Las crecientes temperaturas están provocando un aumento en la contaminación con ozono, el humo por los fuegos incontrolados, y los alérgenos producidos por las malezas, hierbas y árboles. Las viviendas afectadas por las lluvias copiosas o las inundaciones pueden desarrollar moho y hongos tóxicos.
- Enfermedades relacionadas con el calor, como el golpe de calor y la insolación, que son particularmente peligrosas para los niños y las personas mayores.
- Enfermedades transmitidas por los mosquitos, como el virus del Zika, la fiebre del dengue y la chikungunya, que están llegando más al norte a medida que los mosquitos proliferan en los climas más cálidos.
- Las enfermedades transmitidas por el agua, como el cólera, que se pueden propagar si las sequías provocan malas condiciones sanitarias o si las inundaciones copiosas hacen que los sistemas de alcantarillado se desborden.
- Los trastornos de salud mental, como el trastorno por estrés postraumático y la depresión conectados con los desastres naturales, además de la ansiedad y el estrés que acompaña a los días calurosos.
“Piense en lo que sucede en una ola de calor”, dijo Riley. “La irritabilidad y la ansiedad de la gente aumenta, iniciando una cadena de eventos que puede conducir a problemas de salud conductual”.
El ACP insta a los médicos que son miembros tanto a defender las políticas sobre el cambio climático en sus comunidades como a convertirse en líderes al promover la eficiencia energética en sus propios consultorios, comentó Bob Doherty, vicepresidente principal de asuntos gubernamentales y salud pública del ACP.
El sector de la atención sanitaria ocupa el segundo lugar respecto al uso de energía, tras la industria alimentaria, ya que gasta unos 9 mil millones de dólares al año en costos de energía, según el artículo. Los sistemas de atención sanitaria pueden reducir su impacto ecológico a través de la conservación y la eficiencia de la energía, la generación de energía alternativa, el diseño de edificios ecológicos, la mejora de la eliminación y la gestión de los deshechos, y la conservación del agua, según el artículo.
Lyndsay Moseley Alexander, directora de la Campaña de Aire Saludable de la Asociación Americana del Pulmón (American Lung Association), dijo que el nuevo artículo en que se adopta la postura es una “gran” contribución para abordar el cambio climático.
La Contaminación Producida al Quemar Carbón Es Muy Peligrosa
Artículo por HealthDay, traducido por HolaDoctor.com
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