La historia de una amiga es digna de una telenovela: “Era lo único que no podía soportar de él. Por el resto, era perfecto: guapo, divertido, inteligente y exitoso. Sin embargo, su aliento era simplemente… ¡Horrible! El hombre probó de todo: mentas, chicles, enjuagues bucales. Nada funcionó. ¡Terminé ese noviazgo!”.
El mal olor bucal es desagradable para los que están cerca. Y la complicación se duplica por un trauma psicológico que lleva a la depresión y a la ruptura de amistades, noviazgos y matrimonios.
El interior de la boca contiene millones de bacterias que pudren las proteínas de los alimentos. Este proceso genera gases tales como el sulfuro de hidrógeno, la cadaverina y la putrescina, todos compuestos malolientes.
1 – Hábitos alimenticios. El motivo principal del mal olor es el exceso de alimentos ricos en proteínas. La carne, el pescado, los lácteos, los huevos, los pasteles, las nueces, la pera y otros productos promueven el mal aliento. Se dice que comer una manzana al día nos mantiene alejados del médico, pero comer una cebolla cruda al día mantenemos alejado a todo el mundo.
Sin embargo, con una limpieza adecuada, el olor desaparece sin importar la clase de alimentos.
2 – Biofilm. En la lengua y en la mucosa oral hay una fina capa pegajosa llamada “biofilm”. Este revestimiento es grueso en la parte posterior de la lengua, donde se alojan millones de bacterias asociadas al mal aliento.
3 – Caries dental. Es un proceso destructivo que impulsa la descalcificación del esmalte y la dentina y que da lugar a la cavitación del diente. Las partículas putrefactas de comida se acumulan en estas cavidades, produciendo un olor desagradable.
4 – Gingivitis. La encía es una membrana mucosa que rodea los dientes de la mandíbula. Debido a varias razones, el tejido de la encía se inflama, con dolor, secreción y finalmente gingivitis. Todas estas condiciones originan un mal olor.
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