Los investigadores hicieron seguimiento a las cuatro semanas y a los seis meses tras el inicio del experimento. Se usaron análisis de sangre para confirmar si los fumadores en realidad habían abandonado el hábito.
A las cuatro semanas, el 39 por ciento de los que habían dejado de fumar de forma gradual habían abandonado el hábito, frente al 49 por ciento de los que dejaron de fumar de forma abrupta. A los seis meses, el 16 por ciento de los que abandonaron el hábito de forma gradual y el 22 por ciento de los que lo abandonaron de forma abrupta seguían siendo no fumadores, halló el estudio.
Los porcentajes de fumadores que tuvieron éxito podrían parecer bastante bajos, pero Lindson-Hawley dijo que esos porcentajes son normales.
El Dr. Michael Fiore, un profesor de la Universidad de Wisconsin en Madison que ayudó a desarrollar las directrices federales sobre la cesación del tabaquismo, apuntó que los porcentajes siguen siendo más altos que cuando se deja de fumar sin el respaldo de la consejería o los medicamentos.
¿Por qué dejar de fumar abruptamente podría ser mejor? Los que quieren hacerlo graduablemente, planteó Fiore, con frecuencia sucumben ante “los problemas de la vida incluso cuando tienen buenas intenciones y mucha estructura”.
¿Qué moraleja deben los fumadores sacar de los resultados del estudio? Primero deberían intentar dejar de fumar de forma abrupta, aconsejó Lindson-Hawley. Pero “muchas personas creen que no pueden dejar de fumar de golpe. Si la decisión es entre reducir o no intentar abandonar el hábito en lo absoluto, entonces dejarlo poco a poco sigue siendo un método viable”.
Fiore dijo que los médicos deben permitir a los pacientes abandonar el hábito de forma gradual si prefieren ese método. “Si los veo dos meses más tarde y han fracasado, les digo que, ahora que han aprendido de ese intento, podemos intentar abandonar el hábito de forma rápida”.
El $$ Podría Convencer A Unos Que Dejen De Fumar
Artículo por HealthDay, traducido por HolaDoctor.com
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