Amor opresivo. Los celos, la limitación del espacio del otro, la falta de confianza, hasta el acoso y la violencia psicológica: todos son síntomas de un amor obsesivo u opresivo. La libertad de ser uno mismo, de salir con amigos, de tener sus propios espacios es fundamental en pareja. Si alguien tiende a controlar todos los pasos de su pareja, indica que es una relación tóxica.
Amor enfermo, ¿cómo salir de él? El primer paso es aceptar el hecho de que la relación no funciona y que tenemos que dejarla ir, sin culparnos. El dolor es un síntoma de que algo no va bien.
Cinco pasos para cerrar una mala relación.
Acepte y admita. Hay que entender que no es culpa nuestra si la relación va mal y que efectivamente hay problemas.
Escuche. Si lo que vivimos nos hace sentir mal, o no somos felices, es importante escuchar y entender que tal vez haya llegado el momento de pasar página.
Actúe. Si la relación que vivimos es enferma o patológica, es importante actuar y no dejar que las cosas continúen como si nada grave pasa. Solo nosotros podemos ser capaces de cerrar una relación tóxica.
Amarse a sí mismo. Normalmente, los que se encuentran involucrados en relaciones tóxicas son personas con baja autoestima (o que la han perdido durante la relación) o que nunca se han sentido amadas: es importante recordar que somos personas dignas de ser amadas y especiales.
Pida ayuda. Consultar a un terapeuta y contar con el apoyo de personas que nos aman puede hacer que este proceso sea más eficiente y, quizás, más fácil.
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