Érase una vez una familia con cuatro miembros fanáticos de los dulces. Los padres solían compartir caramelos y otros tentempiés azucarados con sus dos hijos. No estaban al tanto de que, sin ser conscientes de ello, estaban contribuyendo a un ambiente de mala salud. Muy pronto, los niños se acostumbraron al sabor dulce del azúcar y pedían más y más.
Entonces, los padres se percataron de que los hijos tenían problemas para conciliar el sueño y concentrarse en la escuela. A menudo estaban enfadados, de mal humor y les faltaba energía (preferían dormir casi todo el tiempo). Además, aumentaban los peligros asociados a una dieta rica en azúcar, tales como la obesidad y la diabetes.
Ahora la buena noticia es que los escolares estadounidenses recibirán almuerzos con menos azúcar y sal, gracias a los nuevos estándares de nutrición del Departamento de Agricultura de EE. UU. (USDA). Estas son las primeras mejoras al programa de almuerzo escolar desde 2012.
Lo que esta vez es diferente es el límite para los azúcares añadidos. Los límites se aplicarán a partir del año escolar 2025-2026 a los alimentos ricos en azúcar, como cereales endulzados, yogures y leches con sabor.
Para 2027, los azúcares añadidos deben ser menos del 10 % de las calorías totales a la semana para los desayunos y almuerzos escolares. Los alimentos azucarados como rosquillas no pueden servirse más de dos veces por semana en el desayuno. Otro ejemplo: una taza de 8 onzas de leche con chocolate no debe contener más de 10 gramos de azúcar. Algunas leches aromatizadas contienen el doble de esa cantidad.
“Muchos, muchos niños no obtienen la nutrición necesaria, y las enfermedades asociadas con la mala alimentación están en aumento”, según el secretario de Agricultura, Tom Vilsack. “La investigación demuestra que, para la mayoría de los niños, las comidas escolares son las únicas a las que tienen acceso durante el día, lo que indica que deben ser una herramienta nutricional vital para proporcionarles una vida saludable”, dice Vilsack.
El objetivo es que las nuevas normas dietéticas para los escolares lleguen a los 30 millones de niños que almuerzan en la escuela y a los 15 millones que desayunan allí.
La Asociación Americana del Corazón (AHA) expresa su satisfacción. “Al plantearse por primera vez limitar la cantidad de azúcares añadidos en los alimentos servidos en las escuelas, el USDA está dando un importante paso para que los niños sigan una dieta más saludable”, dijo la AHA en un comunicado. “Los azúcares añadidos son un exceso de calorías, no aportan valor nutricional y pueden causar aumento de peso y un mayor riesgo de enfermedades cardiovasculares, diabetes y otras afecciones de salud crónicas”.