“No hay diferencias en la efectividad entre los fármacos”, aseguró el investigador sénior, el Dr. George Hripcsak. “Si no tiene efectos secundarios [con un inhibidor de la ECA], no hay necesidad de cambiar”.
Al observar los datos de casi 3 millones de pacientes, los investigadores encontraron que los inhibidores de la ECA y los BRA eran igual de efectivos para reducir los riesgos de enfermedad cardiaca y accidente cerebrovascular (ACV).
Pero diferían en cuanto s los efectos secundarios. Era más probable que los inhibidores de la ECA provocaran tos crónica y angioedema, que es una inflamación grave debajo de la piel, con frecuencia en la cara.
Las personas que toman inhibidores de la ECA también fueron ligeramente más propensas a presentar sangrado gastrointestinal (GI) o inflamación del páncreas. Pero estas diferencias podrían haberse debido al azar, advirtió Hripcsak, profesor del Colegio de Médicos y Cirujanos Vagelos de la Universidad de Columbia, en la ciudad de Nueva York.
De ahora en adelante, quizá los médicos deban recetar “preferencialmente” los BRA como el primer tratamiento para la hipertensión. Esta clase de medicamentos incluye a Losartán, Valsartán y Candesartán.
Pero las personas que ya estén tomando un inhibidor de la ECA y a quienes les vaya bien pueden seguir tomándolo. Entre los inhibidores de la ECA se encuentran lisinopril, captopril y fosinopril.