que resulten más efectivos”, aseguró el coautor del estudio, Graham Hatfull, profesor de biotecnología en la Universidad de Pittsburgh.
Hace alrededor de un siglo que ronda la idea de usar bacteriófagos para combatir las enfermedades en los humanos. Pero el interés se perdió en los 40 con el descubrimiento de la penicilina y otros antibióticos, según la BioTherapeutics Education & Research Foundation.
La idea de la terapia con bacteriófagos se está replanteando ahora que algunas bacterias peligrosas están desarrollando resistencia a antibióticos de uso común.
En este caso, un coctel de tres fagos acabó con una infección con Mycobacterium abscessus de la que había sufrido la chica durante ocho años, y que resurgió cuando se sometió a un doble trasplante de pulmones como resultado de la fibrosis quística.
“Hay una necesidad urgente de terapias efectivas para la Mycobacterium abscessus, una de las bacterias más