la diabetes, señalaron los investigadores.
“Estos resultados demuestran la importancia de estudiar muestras grandes de individuos de una amplia variedad de ascendencias”, aseguró el autor sénior del estudio, Michael Boehnke, director del Centro de Genética Estadística de la Facultad de Salud Pública de la Universidad de Michigan, en Ann Arbor.
“La mayoría de los estudios con poblaciones grandes se enfocan en individuos de ascendencia europea, y eso puede hacer que generalizar los resultados globalmente resulte difícil. Mientras más diversa es la cohorte, mejor y más informativa es la ciencia”, explicó Boehnke en un comunicado de prensa de la universidad.
El primer autor del estudio, Jason Flannick, añadió que “ahora tenemos una imagen actualizada del rol de las variaciones raras del ADN en la diabetes”. Flannick es profesor asistente de pediatría en la Facultad de Medicina de la Universidad de Harvard, y en la división de genética y genómica del Hospital Pediátrico de Boston.
“Esas variantes raras ofrecen potencialmente un recurso mucho más valioso de lo que se pensaba para el desarrollo de fármacos. En realidad podemos detectar evidencias de asociación con la enfermedad en muchos genes a los que podrían