Los adolescentes que conformaban el grupo tenían entre 12 y 16 años de edad y eran diversos en términos del sexo, la etnia, los ingresos familiares y el tipo de vecindario (que facilitaba el caminar o no). Vivían en las áreas metropolitanas de Seattle o de Baltimore-Washington, D.C.
Los adolescentes pasaban alrededor de un 42 por ciento de su tiempo de vigilia en la escuela, y poco más de una cuarta parte de su tiempo en casa. También pasaban alrededor del 13 por ciento de su tiempo en sus vecindarios, y el 14 por ciento de su tiempo en otros lugares.
En general, el estudio encontró que pasaban en promedio 39 minutos al día en actividad física de moderada a vigorosa, significativamente menos que los 60 minutos recomendados para un desarrollo saludable y para la prevención de la obesidad.
En los días de escuela, poco más de la mitad de esa actividad ocurría en la escuela, encontró el estudio.
Cuando se realizó un promedio de toda la semana, incluyendo los fines de semana, los adolescentes hacían alrededor del 42 por ciento de su actividad física en la escuela. Hacían más o menos el 10 por ciento de su total de actividad física cada semana en el vecindario o cerca de la escuela, encontró el estudio.
Esto es particularmente así en un momento en que la obesidad infantil ha aumentado, junto con incrementos en la diabetes, la hipertensión, el colesterol alto y la mala nutrición entre los niños de EE. UU., añadió.
Aun así, los estudios han mostrado que los niños aprenden mejor cuando tienen tiempo para la actividad física, “incluso cuando esto supone una reducción en el tiempo de estudio de las asignaturas académicas”, dijo Beck.
Los hallazgos actuales también revelan lo mucho que han cambiado las vidas de los adolescentes respecto a hace unas décadas, antes de que las computadoras y los dispositivos de multimedia fueran comunes en los hogares, comentó la Dra. Danelle Fisher. Fisher es vicepresidenta de pediatría del Centro de Salud Providence Saint John’s en Santa Mónica, California.
Para que los niños hagan suficiente actividad física, debe haber cambios en casa y en la escuela, aseguró Carlson. Las escuelas necesitan maestros de educación física bien entrenados, recesos para los niños más pequeños, actividad física en el aula y juegos antes y después de clases, planteó. Los padres también pueden limitar el tiempo que sus hijos pasan frente a las pantallas y proponer a nivel local que los vecindarios sean más cómodos para los peatones, añadió.
Artículo por HealthDay, traducido por HolaDoctor.com
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