“Lo que oigo es que esos médicos señalan que sienten con tanta fuerza que no vacunar a los niños es un riesgo tan grande que toman esas posición”, comentó Davies, experto en enfermedades pediátricas infecciosas y vicerrector de asuntos académicos del Centro Médico de la Universidad de Nebraska, en Omaha.
Dado que los pediatras solo tratan a niños, son mucho más propensos a estar preocupados por la seguridad de los clientes que no se hayan vacunado todavía, dijo Davies.
“Esto quizá refleje su idea de que si alguien no quiere hacerlo, no desean exponer a sus demás pacientes a un riesgo potencial”, apuntó.
Los pediatras quizá también sientan que no podrán establecer una relación con los padres si no pueden tener la misma opinión sobre las vacunas, planteó O’Leary.
“El pediatra quizá crea que la relación médico/paciente no será productiva si tienen opiniones tan encontradas sobre un concepto tan importante como la vacunación”, dijo O’Leary. “Los pediatras consideran que las vacunas son una de las cosas más importantes que hacen”.
Por último, los pediatras a veces usan la amenaza de dejar de atender a una familia para convencer a los padres para que acepten las vacunas, dijo O’Leary.
“Realmente convence a muchos padres de vacunar a sus hijos, porque es un mensaje muy contundente sobre la importancia de la vacunación”, comentó.
Nadie sabe qué sucede con las familias que dejan de recibir atención debido a negarse a las vacunas, lo que demuestra la necesidad de más investigación sobre este tema, dijo O’Leary.
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Artículo por HealthDay, traducido por HolaDoctor.com
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