Usar productos importados como los complementos dietéticos o los fármacos no recetados que se venden en tiendas étnicas o internacionales, mercados de pulgas, reuniones de intercambio o en internet podría poner su salud en riesgo.
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Eso señala la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) de EE. UU. en una advertencia que publicó el jueves.
Con frecuencia, los estafadores que realizan fraudes con los productos de salud concentran su mercadeo en personas que compran en lugares no tradicionales. También se dirigen a consumidores con un inglés limitado y poco acceso a los servicios de atención sanitaria, según Cariny Núñez, asesora de salud pública de la Oficina de Salud de las Minorías de la FDA.
“Esos estafadores saben que los grupos étnicos que quizá no hablen o lean bien el inglés, o que tienen ciertas creencias culturales, podrían ser objetivos fáciles”, dijo en un comunicado de prensa de la FDA.
Muchos estafadores de productos de salud también incluyen la palabra “natural” en sus productos, porque saben que le resulta atractiva a ciertos grupos. Pero eso no significa que los productos sean seguros o que no contentan ingredientes farmacéuticos ocultos, advirtió en el comunicado de prensa Gary Coody, coordinador nacional de fraudes sanitarios de la FDA.
Esos productos también podrían estar contaminados o contener sustancias potencialmente nocivas, según la FDA.
Los productos sanitarios fraudulentos con frecuencia se anuncian en publicaciones y tiendas étnicas, mercados de pulgas y reuniones de intercambio, infomerciales de radio y televisión, e internet. Pueden afirmar que vienen de países o regiones específicos, como América Latina o Asia, anotó la FDA.
“No es sorprendente que la gente se sienta más cómoda con productos familiares que afirman provenir de su país de origen, o que se etiqueten y mercadeen en la lengua materna del consumidor, ya sea que los compren en un mercado de EE. UU. o que se los lleven amigos y parientes que vienen del país en cuestión”, apuntó Núñez.
En otros casos, productos que se afirma que fueron fabricados en Estados Unidos (para tranquilizar a los consumidores) en realidad no se han producido en el país, informó la FDA.
Bajo las leyes actuales, las compañías que fabrican complementos dietéticos no necesitan la aprobación de la FDA antes de vender sus productos a los estadounidenses.
“Hay que recordar que los complementos dietéticos no son fármacos”, señaló Coody. “No son sustitutos de los fármacos que receta el médico. Y debe informar al profesional de la atención sanitaria qué complementos toma, porque pueden interactuar de forma nociva con los medicamentos rectados o evitar que funcionen”.