Cebollas: El ajo y la cebolla van de la mano porque realmente pueden ayudar a mejorar el sabor de casi cualquier cosa. Las cebollas contienen cromo, que ayuda a regular el azúcar en la sangre, y quercetina, que también ayuda a protegernos del cáncer. También ayudan a reducir la inflamación y curar las infecciones. Las cebollas crudas ayudan a reducir la producción de colesterol malo, manteniendo su corazón saludable. Incluso pueden ayudar a aliviar el dolor y la sensación de ardor que experimenta después de un corte o después de que le pique una abeja o un insecto.
Coliflor: Hay un nuevo arroz en la ciudad y se llama arroz de coliflor. Si no lo has probado, aquí tienes la receta. La coliflor está en la familia cruciferous, al lado del brócoli, del repollo y de las coles de Bruselas, y si es un amante de las verduras crujientes, agrega ésta a su lista. Contiene compuestos de azufre que ayudan a protegernos del cáncer, fortalece el tejido óseo y ayuda a mantener los vasos sanguíneos sanos. También contiene el 77% del valor diario recomendado de vitamina C y contiene proteínas, fibra y vitamina B6.
Ongos: Hay muchos tipos de ongos y su color puede variar de blanco pálido a marrón oscuro. Los hongos son súper saludables porque son bajos en calorías, sin grasa, sin colesterol y sin gluten. Son una buena fuente de vitamina D y hierro que también ayuda a fortalecer el sistema inmunológico, el metabolismo. Además, también están llenos de antioxidantes que ayudan a combatir los radicales libres.