“Se ha encontrado que un mayor nivel educativo reduce el riesgo de demencia, probablemente al ampliar la reserva cognitiva que permite a las personas mantener mejor su función mental a medida que envejecen”, anotó.
Además, se encontraron ciertas evidencias de que un tratamiento más agresivo de los factores de riesgo, como la hipertensión y la diabetes, podría haber tenido un rol en la reducción del riesgo de demencia, señaló Langa.
El Dr. Sam Gandy, director del Centro de Salud Cognitiva del Hospital Mount Sinai, en la ciudad de Nueva York, se mostró de acuerdo. “Estoy seguro de que es correcto”, dijo. “Lo que necesitamos ahora es educar a las personas de mediana edad, dado que es cuando los factores de riesgo son más importantes. Lamentablemente, a medida que la generación de la postguerra cumpla los 80, temo que el tsunami de plata reducirá este beneficio”.
Aunque la tasa de desarrollo de demencia de las personas mayores haya bajado, otro experto anticipa que el declive llegará a un punto máximo.
“Hay distintas cosas que pueden provocar demencia. El Alzheimer es la causa más común, pero la demencia vascular está casi a la par”, dijo Keith Fargo, director de programas científicos y alcance de la Asociación del Alzheimer (Alzheimer’s Association).
“Es probable que la mayoría de personas que sufren de demencia tengan un poco de ambos”, comentó. “Es probable que tengan placas y nudos del Alzheimer, pero también daño vascular en el cerebro”.
Fargo sugirió que la reducción en la tasa de demencia se debe sobre todo a un mejor control de los factores de riesgo cardiovascular.
“Si se controlan esos factores de riesgo, es natural anticipar que las tasas de demencia vascular bajen. También es razonable anticipar que la demencia relacionada con el Alzheimer también podría reducirse ahora, porque en lugar de tener ambas cosas, se tiene Alzheimer con un cerebro más sano en general”, explicó.
“Así que quizá alguien tarde más en desarrollar demencia. Pero se podría controlar el riesgo cardiovascular de todas las personas hasta que llegue a cero, y la gente de cualquier forma tendría Alzheimer y otras demencias”, advirtió Fargo.
Langa enfatizó que aunque no se encuentre en el futuro próximo un avance farmacológico que trate al Alzheimer con éxito, de todas formas hay factores que pueden ayudar a reducir el riesgo de demencia y ayudar a las personas a vivir unas vidas más largas con una buena función mental.
“Ahora mismo, las mejores evidencias parecen respaldar un aumento en la actividad física, mantener el cerebro activo y ocupado a través de la educación y las interacciones sociales, y mantener la presión arterial bajo un buen control”, enumeró.
El informe aparece en la edición en línea del 21 de noviembre de la revista JAMA Internal Medicine.
Artículo por HealthDay, traducido por HolaDoctor.com
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