Hasta 2011, a alrededor del 11 por ciento de los niños de 4 a 17 años se les había diagnosticado el TDAH, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de EE. UU. Los pacientes normalmente son hiperactivos, tienen problemas para prestar atención y actúan de forma impulsiva.
Los jóvenes con un TDAH tienden a tener problemas con el autocontrol y subestiman más el futuro que sus pares sanos, dijo Chorniy. Esto les hace ser más propensos a las lesiones y a realizar conductas riesgosas, como la conducción peligrosa, el uso y el abuso de sustancias y el sexo sin protección.
El trastorno se puede manejar con terapia conductual y estimulantes. Casi 7 de cada 10 niños con un TDAH han reportado que tomaban la medicación para el trastorno, indicaron los autores del estudio.
Algunos tratamientos habituales para el TDAH son Adderall (anfetamina/dextroanfetamina), Ritalin (metilfenidato), Concerta (metilfenidato) y Dexedrine (dextroanfetamina). Estos medicamentos son sustancias controladas que tienen el potencial de abuso o dependencia, según la Administración de Control de Drogas (DEA) de EE. UU.
“Muchos medicamentos tienen el potencial para ser usados de forma incorrecta”, reconoció Fornari. “La persona que emite la receta debe evaluar con cuidado al niño individual, y educar al niño y a la familia con respecto a la seguridad del medicamento y a que se tomen medidas para que se administre tal y como se ha indicado”.
Dado que hoy en día hay más niños que toman medicamentos para el TDAH que hace una década, Chorniy cree que se necesita más investigación con respecto a los beneficios y los costos de estos medicamentos.
Los hallazgos aparecen en una edición reciente en línea de la revista Labour Economics. El trabajo contó con el apoyo de una subvención de la Administración del Seguro Social de EE. UU. a la Oficina Nacional de Investigación Económica. Para obtener más información sobre el TDAH, visite la Administración de Servicios para el Abuso de Sustancias y la Salud Mental.