Una mujer de 52 años que iba en bicicleta al trabajo pesaba casi 10 libras (4.5 kg) menos que una mujer que iba en coche al trabajo. La mujer que iba en bicicleta también tenía un IMC 1.65 puntos más bajo que una conductora, mostró el estudio.
Los hombres y las mujeres que caminaban al trabajo en lugar de ir en coche redujeron su IMC en hasta 0.98 puntos, según el estudio. Cuanto mayor era la distancia que las personas recorrían en bicicleta o andando, mayores eran las reducciones en el IMC, reveló el estudio.
La conexión entre la forma de ir al trabajo y el IMC fue independiente de otros factores como los ingresos, la educación, vivir en una zona urbana o rural, beber y fumar, y la actividad física general, la salud y la discapacidad.
“Muchas personas viven demasiado lejos de su lugar de trabajo como para ir caminando o en bicicleta, pero incluso la actividad física fortuita implicada en el trasporte público puede tener un efecto importante”, dijo Flint en un comunicado de prensa de la revista.
Lars Bo Andersen, del Colegio Universitario Sogndal y Fjordane, en Noruega, escribió un editorial que acompaña al estudio. En él afirmó que los hallazgos son importantes “porque ir en trasporte público al trabajo es una actividad cotidiana que muchas personas que trabajan deben hacer”.
“Muchas personas no se sienten atraídas por los deportes recreativos u otras actividades físicas para su tiempo libre, las cuales han demostrado ser beneficiosas para la salud, y el trasporte activo podría por tanto ser una opción importante y fácil para aumentar la actividad física y la proporción de personas que cumplen con los niveles recomendados de actividad física”, indicó Andersen.
El Trabajo Estresante y La Hipertension Son Una Mala Mezcla
Artículo por HealthDay, traducido por HolaDoctor.com
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